Mark
Vi como Lexie se quedaba paralizada por unos segundos y lágrimas corrían por su rostro, parecía en shock como si de un fantasma se tratase.
-Lex, amor ¿qué ocurre?
-Yo...
-Lex, me estás asustando.
-Papá...
-¿Qué?
-Es...es...¡Papá!
Como un rayo salió de mi abrazo para dirigirse a quién entonces supuse era su padre que se encontraba junto a su madre allí en la plaza pasando las fuentes de agua.
Lex se abalanzó sobre él y pude ver el cariño que había entre ellos, un abrazo lleno de amor y ternura como el que yo siento cada vez que abrazo a mi pequeña.
Les dejé su espacio familiar hasta que al cabo de unos minutos Lexie me hizo señas para que me acercara.
-Buen día, Sr. Clark. Soy Mark Turner. Un placer conocerlo.
-Oh muchacho, deja los formalismos eres el responsable de que mi niña sonría puedes llamarme Greg.
-De acuerdo Greg, un placer.
-Lo mismo digo Mark.
-¿Qué hacían por aquí?- Preguntó la madre de Lexie.
-Salimos a caminar no sabía que vendrían, alguien podría haberme avisado...- Dijo mirando a su padre.
-Era una sorpresa hija, era la idea.
-Y yo diciéndote que te ayudaría con los pasajes, mentiroso.
-Pequeñas mentiritas.- Dijo con una sonrisa.-¿Quieren almorzar con nosotros?
-Claro papá, no te veo hace meses y pretendes que no almuerce contigo.
-Bueno...estás con tu pareja quizás querían unos momentos a solas.
-¿Mark a ti te molestaría venir?
-No, en absoluto. Me encantaría.
-No se diga más entonces.- Dijo su madre.
Pasamos un almuerzo agradable entre los comentarios graciosos y sarcásticos de la madre de Lexie, las bromas de su padre y las historias más vergonzosas de su niñez.
El lugar era perfecto para nosotros, era cálido y con una armonía que lo hacía perfecto, como si desde siempre hubiéramos sido una familia. De hecho así se sentía. Con Lexie, en el poco tiempo que pasamos juntos sentí mucho más cariño que el que tuve a lo largo de toda mi vida. Con ella todo era diferente, me sentía contenido.
Cuando estaban a punto de servirnos el postre las luces fueron apagándose de a poco y por los altavoces avisaron que quienes quisieran podían pasar al centro del salón a bailar. Las jóvenes parejas como así también mayores con mucha alegría fueron agolpándose para bailar contagiando al resto de los comensales que allí estaban. No iba a perderme la oportunidad de ningún modo.
-Lexie...-Dije mirándola pícaramente.
-Oh no de ningún modo.
-Claro que sí.
-Claro que no...
-Oh vamos hija, no seas amargada. Tu padre y yo iremos, mueve ese cuerpito nena.
-Escucha a tu madre.- Dije yo entre risas.
-Ja ja muy gracioso.
-Vamos...¿Por mí?- Dije poniendo cara de bueno para convencerla.
-De acuerdo Greg, un placer.
-Lo mismo digo Mark.
-¿Qué hacían por aquí?- Preguntó la madre de Lexie.
-Salimos a caminar no sabía que vendrían, alguien podría haberme avisado...- Dijo mirando a su padre.
-Era una sorpresa hija, era la idea.
-Y yo diciéndote que te ayudaría con los pasajes, mentiroso.
-Pequeñas mentiritas.- Dijo con una sonrisa.-¿Quieren almorzar con nosotros?
-Claro papá, no te veo hace meses y pretendes que no almuerce contigo.
-Bueno...estás con tu pareja quizás querían unos momentos a solas.
-¿Mark a ti te molestaría venir?
-No, en absoluto. Me encantaría.
-No se diga más entonces.- Dijo su madre.
Pasamos un almuerzo agradable entre los comentarios graciosos y sarcásticos de la madre de Lexie, las bromas de su padre y las historias más vergonzosas de su niñez.
El lugar era perfecto para nosotros, era cálido y con una armonía que lo hacía perfecto, como si desde siempre hubiéramos sido una familia. De hecho así se sentía. Con Lexie, en el poco tiempo que pasamos juntos sentí mucho más cariño que el que tuve a lo largo de toda mi vida. Con ella todo era diferente, me sentía contenido.
Cuando estaban a punto de servirnos el postre las luces fueron apagándose de a poco y por los altavoces avisaron que quienes quisieran podían pasar al centro del salón a bailar. Las jóvenes parejas como así también mayores con mucha alegría fueron agolpándose para bailar contagiando al resto de los comensales que allí estaban. No iba a perderme la oportunidad de ningún modo.
-Lexie...-Dije mirándola pícaramente.
-Oh no de ningún modo.
-Claro que sí.
-Claro que no...
-Oh vamos hija, no seas amargada. Tu padre y yo iremos, mueve ese cuerpito nena.
-Escucha a tu madre.- Dije yo entre risas.
-Ja ja muy gracioso.
-Vamos...¿Por mí?- Dije poniendo cara de bueno para convencerla.
-Si pones esa cara como voy a negarme. Te odio.
-Yo te amo.
-Vamos.- Dijo con su mirada asesina pero con una sonrisa en su rostro.
Una alegre música comenzó a sonar por los parlantes. Bailar con Lexie era como flotar en el cielo. Nos movíamos solos, como si estuviéramos hechos para estar juntos. Entre risas, roces, besos bailamos hasta que nuestros pies dolían. Sus padres ya se habían marchado ya que estaban cansados por el viaje y Greg no se encontraba al cien por cien de salud por lo que luego de beber un par de tragos con Lexie decidimos volver a casa.
-Lo he pasado muy bien.- Dijo Lexie una vez que llegamos a casa.
-No era tan malo bailar después de todo eh...
-No, no lo era.
-Ahora...hay una cosa que quise hacer todo el día y no he podido por tus padres.
-¿Ah si?
-Sí.
-¿Y qué es eso?
-Ven aquí y te lo mostraré.
Con su mirada seductora que estaba matándome se acercó lentamente a mí hasta quedar a centímetros de mi cara.
En un susurro dijo contra mis labios.
-¿Qué es entonces?
-Esto.
Sin importar nada me abalancé sobre ella y la arrinconé contra un mueble, la besé desesperado recorriendo su cuerpo con mis manos. La necesitaba. Necesitaba estar dentro de ella y el deseo me consumía poco a poco.
-Menos mal que no lo has hecho delante de mis padres.
-Ya ves que no podía.
-Te necesito.
-Y yo a ti.
Comencé a desabotonar su camisa y a repartir suaves mordiscones por su cuello. Ella gemía de placer y sólo escucharla me estaba volviendo loco.
De repente, ella quedó paralizada como había quedado al ver a su padre.
-¿Qué ocurre?- Dije desconcertado.
-Bel.- Dijo en un susurro.
Lentamente giré mi cabeza para comprobar que Bel estaba allí observándonos casi petrificada detrás de un mueble.
-Cielo...-Dije yo.
-Papá, estabas atacando a Lexie.-Dijo saliendo de su estado de shock.
-No cariño, claro que no.
-Sí, yo lo vi.
-Déjame a mi Mark.-Dijo Lexie.
Ella fue hasta donde Bel se encontraba, la cargó en sus brazos y se acurrucó junto a ella en el sillón.
-Cariño, tú sabes que papi y yo nos queremos mucho. A veces los adultos para demostrar ese amor solemos besarnos y darnos abrazos. Es por eso que papi hizo lo que hizo, no me estaba atacando.
-¿Estás segura?
-Claro Bel.
-Ufff que bueno, no quería que se pelearan.
-Claro que no estábamos peleando hija.- Dije acercándome a ellas.
-Entonces...Jim dice que está enamorado de mí. ¿Debe hacerme eso?
-¿¡Qué!? De ninguna manera. Bajo ninguna circunstancia. No, Bel, ¿entendiste? No.
-Está bien, está bien. No te pongas así papi.- Dijo asustada.
-Yo creo que papi está un poco celoso.- Dijo Lexie riendo.
-Nadie va a acercarse a mis mujeres.- Dije abrazándolas y acurrucándonos a los tres en el sillón.
Jugamos un rato con Bel y cuando la noche llegaba dejé que Lexie se marchara para que pudiera ir a ver a sus padres antes de volver a su casa.
Yo por mi parte llamé a la enfermera de Amy para consultar su estado que al parecer y afortunadamente todo marchaba como estaba planeado, sin altercados y con buen comportamiento.
Antes de hacer la cena llamé a Jacob para que viniera a mi casa, para poder así darle un espacio a Chris y yo hablar con mi amigo que después de tantos días venía ayudándome.
Preparé la cena y luego de terminar de cocinar todo el timbre de la puerta sonó.
-Jacob.
-Mark.- Dijo abrazándome.
-Pasa.
Había sido astuto en darle su comida a Bel antes de que él viniera ya que con ella presente no habría forma de hablar con mi amigo.
-¿Cómo van las cosas con Chris?
-No me quejo, pensé que sería menos receptiva conmigo o que se sentiría invadida pero resultó todo lo contrario lo pasamos muy bien juntos, nos divertimos, cuando ella me pide tener un tiempo sola la dejo, si necesita que la escuchen la escucho, vamos juntos a visitar a Amy. Ella progresa cada vez más. No puedo quejarme todo marcha como esperaba e incluso mejor.
-Me alegro por eso. Sé que Chris puede resultar un tanto complicada pero de alguna manera hay que entenderla.
-Claramente, siempre pienso dos veces antes de responder algo. ¿Y tú?¿Cómo van las cosas con Lexie?
-Excelente. Nunca fui tan feliz en mi vida. Con cada minuto que pasa me vuelve loco, por momentos siento una opresión en el pecho como si la felicidad fuera demasiado para tolerar. Sacaría un anillo en cada momento que paso con ella y le pediría que sea mi mujer, que se case conmigo, que viva conmigo, que sea la madre de Bel, que tengamos muchos hijos más.
-Wow, no estabas enamorado...
-Me ha pegado duro.
-Me di cuenta.- Dijo riendo.
-¿Qué sucedió ayer?
-Eso es lo que impide que nos relajamos por completo. Primero está el imbécil de su amigo o ex amigo ya no sé que son, que también traba en la empresa. Lo vi en actitudes sospechosas y estoy setenta por ciento seguro que fue él quién quiso atropellarme con su auto.
-Desgraciado.
-Así es. Ahora lo que estoy averiguando con mi detective es si él tiene algún tipo de relación con James y Sara o solo busca arruinarme por su cuenta.
-¿Y cómo va el proceso?
-Lento. Espero que el detective pueda tener algo con certeza para esta semana. No podemos vivir así sin saber qué es lo siguiente que puede pasarnos. ¿Entiendes que también pueden meterse con mi hija? Si lo que buscan es hacernos daños.
-No voy a permitirlo.
-Eso yo tampoco.
-Pero no tengo todas las armas para protegernos a todos.
-Sabes que para lo que seas puedes contar conmigo, me llamas y aquí estoy.
-Lo sé hermano y gracias.
-No agradezcas.
-Hoy Bel me vió en casi pleno acto sexual con Lexie.
-¿¡Qué!?
-Eso, no sabía que la habías traído a casa.
-Sí, olvidé decirte ella estaba dormida y luego me avisaste que volvías por eso me fui.
-Bueno, ella estaba detrás de un mueble pero por suerte Lexie la vió y habló con ella.
-¿Quedó bien después de eso?
-Eso creo, ya le advertí que Jim no puede hacerle eso de ninguna manera.
-Buen consejo.
-Ese niño va a traerme problemas.
-Mark, son niños.
-Justamente por eso.
Luego de dejar a Bel en el jardín y de advertirle que recordara lo que habíamos hablado de Jim conduje hasta la empresa. Esta vez estacioné dentro por seguridad.
Al subir hasta mi piso me dirigí directamente hasta la oficina de Lexie pero no la encontré allí a pesar de que sus cosas estaban sobre el escritorio por lo que probé suerte en la cocina. Allí finalmente la encontré desayunando.
-¿Molesto?- Dije al entrar.
-Tu café te está esperando.
-Por estas cosas te quiero.- Dije sentándome a su lado.
-¿Sólo por eso?
-Bueno...algún par de cosas más también.- Dije riendo.
-Tonto.- Recuérdame vengarme por eso luego.
-¿Has visto a Frank?- Dije poniéndome serio.
-No y espero no tener que verlo.
-Tranquila. Esperaré unas horas y llamaré al detective. Cualquier actitud rara que veas o encuentres sospechosa solo debes decírmelo ¿si?
-De acuerdo. Quiero que todo esto termine.
-Yo también amor. No puedo creer en el drama que se convertido nuestra vida y pensar que lo único que quieren es el dinero y el poder.
-Sabes, me dan lástima.
-Yo también lo creo.
-¿Crees que sabremos cómo son las cosas pronto?
-Yo creo que estamos a punto y estamos tan cerca del fuego que corremos el peligro de quemarnos.
-No quiero que nada de te pase, ni a ti, ni a Bel, ni a mis amigos, a nadie.
-Nada malo va a pasar mientras pueda controlarlo.
-Espero. ¿Has hablado con tu padre?
-Aún no, pero supongo que no tardará en llegar otra discusión pronto.
-No quiero que te pelees por mí Mark.
-Por ti o por quién sea pelearmos Lex, siempre ha sido así.
-Lamento que las cosas tengan que ser así.
-Yo también lo siento, cariño.
-Bueno, iré a trabajar quizás ahorramos la discusión.
-Ve, te veo luego.
Nos despedimos con un beso y después de terminar mi café fui a mi oficina a trabajar. Leer y firmar tantos contratos me estaba destrozando la cabeza, a la vez debía revisar que todo lo que decían estuviera verificado. Incluso la letra chica.
Cuando llegó el horario de salida agradecí internamente el poder salir de ese infierno de cuatro paredes.
Tomaba mis cosas para marcharme cuando mi padre entró por la puerta. Genial, ahora sí llegaba el infierno.
-Mark.
-Padre.
-¿Cómo estás?
-¿De verdad?
-¿Vamos a pelear?
-Claramente así que mejor haz las cosas rápido y nos ahorramos la introducción.
-¿Cómo vas con lo de Lexie?
-Ya estoy cerca.
-Sigues convencido de que no ha sido ella eh.
-Por supuesto.
-Te recuerdo que el mes está por terminar y yo cada vez me inclino más a mi teoría.
-Me alegro por ti, pero ya verás cuando tengas la verdad delante de tus narices.
-Solo tú puedes sacarla de esto.
-Lo sé.
-No puedo creer lo ciego que eres.
-Yo no puedo creer como tú no te das cuenta de cómo son las cosas.
-¿Yo? ¿Y tú sí?
-Sí, yo sé como son las cosas.
-Mejor que lo sepas porqu...aguarda.- Su celular sonaba.- ¿Diga?, ¿Qué?, ¿Dónde?, ¿En qué momento?, De acuerdo.
-¿Qué ocurre?- Dije luego de que cortó.
-Una empleada ha sido raptada, se la han llevado en un auto sin patente.
-Maldita sea, demonios.
Salí lo más rápido que pude hasta la oficina de Lexie pero ella no estaba, tampoco sus cosas. Llamé a su celular, no contestaba. Miré las cámaras de seguridad pero habían sido desconectadas. En la entrada me informaron que Frank ya se había marchado. Comencé a desesperarme y el aire no era suficiente para mis pulmones. Ya lo sabía. Se la habían llevado. Los desgraciados se la habían llevado.
yo te matroooooooooooooooooooooooo!!!
ResponderBorrarComo por Dios nos has dejado asiiiiiiiiiiiii!!
Me matassss que capitulo y tener que esperar una semana me desesperaaaa!!!
Un Besote cariñooo!!
nooooooo no puede ser dios mio que dificil es las cosassss sufrooooooo
ResponderBorrar