Lexie
El día con Mark, Bel y Chris fue de otro planeta. Todo el tiempo tuve esa extraña sensación cómo si por alguna razón no fuera yo, y quién estaba allí era otra. Una situación que disfrute de todos modos. Me sentí completa como hace mucho tiempo no me sentía. Creo que no estaría mintiendo si dijera que me sentía viva y con ganas de mirar para el futuro dejando atrás todo el pasado que me atormentaba.
Cuando el sol ya se estaba escondiendo dejamos a Chris en casa de Jacob mientras que Mark y Bel vinieron a cenar a la mía.
-Lex, ¿qué vamos a comer?- Dijo Bel una vez que llegamos.
-Mmm no tengo idea pero algo rico se me va a ocurrir.
-Iupi.- Dijo ella.
-Bel, ¿por qué no duermes una siesta mientras Lexie y yo preparamos la comida?- Dijo Mark.
-Está bien papi.
Fuimos hasta la cocina y comenzamos a sacar ingredientes para decidir qué podríamos preparar como cena.
-¿Lo has pasado bien hoy?- Dijo Mark mientras yo picaba los vegetales.
-Más de lo que puedes creer Mark. Sabes, últimamente no me siento la misma Lexie.
-¿Ah no?
-No. Ese sentimiento de dolor, culpa, odio ya no lo siento en mí. Es como si una mochila desapareciera de mis hombros.
-Yo ya te lo había advertido Lex. Sé que debe ser horroroso y no quiero ni pensar en la muerte pero el amor nunca se muere, y el amor por un hijo muchísimo menos, ella siempre va a estar viva aquí en tu corazón.- Dijo poniendo una mano en mi pecho.
-Gracias.
-¿Por qué las gracias?
-Por sanarme.
-Tú sola lo has logrado.
-Pero tú tienes que ver mucho en eso,
-Quizás, pero el mayor cambio lo has logrado tú. Yo te dije que te iba a esperar que no iba a apurarte, que iba a darte el tiempo y espacio para que tú sanaras pero como ves tú tenías el poder para todo.
Con un tierno beso y un muy sentido abrazo en silencio sellamos el diálogo que jamás pensé que podía pronunciar. Había superado el dolor. Lexie Clark, la fría Lexie Clark ya no estaba y todo debido a Mark.
Preparamos un buen trozo de carne acompañado por vegetales salteados cosa que nutriría a Bel y una vez servido todo nos sentamos los tres en la mesa.
-Lexie, todavía no has conocido a mi perrito.- Dijo Bel.
-Es verdad pequeña.
-Igual yo tampoco puedo tenerlo todavía. La señora a la que papi le compró dijo que debo esperar unos días más porque aún es muy pequeñito y no puede separarlo de su mami.
-En eso tiene razón preciosa, no es lindo que lo separen de su mami así.
-¿Soy mala?
-No cielo, claro que no. ¿Por qué dices eso?
-Porque voy a separar a un perrito de su mami.
-No cariño, no son como nosotros no le estás haciendo daño al contrario de lo que piensas creo que lo vas a hacer muy feliz.
-¿Tú crees?
-Estoy muy segura.
-Gracias.- Dijo sonriendo ampliamente.
-No debes agradecerme.
-Bueno...me siento excluido.- Dijo Mark.
Bel y yo reímos al ver su cara de intento de enfado. Disfrutamos de la cena y luego del postre Bel se quedó dormida por lo que después de haberme ayudado a lavar, Mark la cargó hasta su auto y se marchó.
Tranquila y con una sonrisa en mi rostro me di un baño para meterme en la cama.
A la mañana siguiente me desperté por ruidos que escuchaba en la planta baja, me coloqué mi bata y agarrando un palo que había en mi habitación bajé con sumo cuidado hasta la cocina.
-¿Quién anda ahí?-Dije pero no obtuve respuesta.-¡Dije quién está ahí!
-Tranquila, tranquila soy yo.- Dijo Mel desde la cocina riendo.
-Voy a matarte como me haces esto.- Dije corriendo hasta ella para abrazarla.- Dios mío, te he extrañado horrores tonta.
-Y yo a ti hermanita.
-Cuéntame todo.
-No me vendría mal una taza de café ¿sabes? Teniendo en cuenta el viaje y que no he vuelto a casa.
-Oh lo siento, toma asiento mientras preparo.
Luego de armar un buen desayuno tomé asiento junto a ella en la mesa.
-¿Y bien?- Dije.
-Bueno...han sido unos días estupendos Lex. No voy a mentirte ni dar vueltas, me gusta, lo quiero y cada vez me siento más a gusto. Me siento protegida con él como si no tuviera que temer por nada.
-Te entiendo.
-¿Me entiendes?
-Claro.
-¿Qué ha pasado en mi ausencia?
-Mis sentimientos supongo.
-¿Tus sentimientos?¿Qué pasa con tus sentimientos?
-Cada vez me enamoro más de Mark.
-¡Oh Dios Lex! ¿Se lo has dicho?
-¿Eres tonta? Claro que no.
-¿Por qué?
-Porque es exponerme demasiado.
-Lexie...
-Si, si. Ya sé lo que me vas a decir y tienes razón, debería abrirme más pero voy de a poco ¿si? Me ha costado horrores llegar hasta donde estoy ahora. Necesito calma.
-De acuerdo. Está bien. Sé que es duro pero todo vale la pena y me alegra que estés cambiando.
-Igual yo. Bueno, cuenta más del viaje.
-Ha sido estupendo. Hemos encontrado un lindo apartamento allí, la escuela es estupenda y a Jack le ha ido bien en la entrevista.
-¿Sabes que aún estoy triste por estar separadas no?
-Lo sé y yo también amiga, pero ¿qué harías si Mark te pide que lo sigas?
-Lo seguiría.
-Ahí esta la cuestión no puedo dejarlo ir.
-Lo sé y te entiendo. Sólo que es duro.
-Nosotras vamos a superarlo.
-Espero. Bueno...debería irme a trabajar...
-Oh, sí lo siento. Ya lo había olvidado.
-¿Volverás a la escuela?
-No, ya he renunciado no podría volver.
-Sé que querías mucho a esos niños.
-Lo sé, pero es parte de la profesión no los tendré por siempre y nuevos niños vendrán.
-Aún no sé como lo haces yo no podría.
-Supongo que te acostumbras.
-Quizás...Bueno, ¿vienes conmigo?
-Sí, tengo que pasar a comprar cosas al supermercado.
Luego de tomar mis cosas acompañé a Mel hasta la tienda y luego seguí mi camino hasta la empresa. No podía faltar claramente algo que me arruinara el día. Producto de la lluvia las calles tenían charcos grandes de agua por lo que al pasar un auto junto a mí mojó toda mi camisa. Después de un par de insultos seguí caminando.
Al llegar todos estaban muy concentrados haciendo su trabajo, dejé mis cosas en mi oficina y luego fui al baño para cambiarme la camisa sucia.
No habían pasado ni dos minutos desde que me la había quitado que Frank apareció allí.
-Oh Lex, lo siento.- Dijo fingiendo disculparse. Podía ver la sonrisa en su rostro.
-¡Frank!- Dije yo.
-Yo...-Dijo acercándose a mí y comencé a tener miedo.
-¿Frank?¿Qué es lo que haces?- Dije retrocediendo unos pasos.
-Lo que debería haber hecho hace mucho tiempo.- Una lágrima corrió por mis rostro y pude sentir su aliento en mi piel.
-¿!Qué demonios crees que haces con mi mujer!?- Dijo Mark saliendo de las duchas. Y suspiré aliviada.
-Yo nada. Pero estás muy equivocado si piensas que ella es tu mujer.
-Por supuesto que lo es ¿algún problema con eso?
-Muchos.
-No me importa lo que pase en tu cabeza enferma pero mantente alejado de ella porque si no lo has entendido o no te queda claro Lexie es mía.
-Eso lo veremos Turner.
Dando grandes pasos se fue del baño dando un portazo. Mark dirigió sus ojos a los míos, buscando una respuesta.
-Estoy bien. Gracias
-Maldito loco.- Dijo abrazándome y besando mi cabeza.
-¿Mark?
-¿Si?
-Estás semi desnudo, con tu cuerpo mojado, abrazándome y no creo que pueda contenerme. ¿Podrías soltarme?- El soltó una carcajada.
-¿Quién dijo que debías contenerte?
-¿Hablas en serio? Por Dios estamos en la empresa.
-Eso no nos impide nada.
-Podría entrar cualquiera.
-Aún más excitante.
-Estás loco.
-Por ti. Ven aquí.
Sin más tomó mi mano y me arrastró contra los casilleros.
Sus manos viajaron por mi cuerpo recorriendo cada milímetro de mi piel y colocó su boca junto a mi oreja para susurrarme:
-Sólo yo puedo tocarte así. Nadie más.
Sólo pude asentir en respuesta.
-Dilo.
-¿Qué?
-Di que eres mía.
-Lo soy Mark. Soy tuya.
Pasó sus dedos al rededor de mi boca haciendo suaves círculos para luego sumergirnos en un apasionado beso. Nuestras bocas unidas no estaban dispuestas a darse tregua, nos necesitábamos.
No sé si pasamos minutos u horas dentro de ese baño pero luego de terminar estaba exhausta como para trabajar.
-Dios...Mark...no puedo más.- Dije aún agitada.
-Lo siento, creo que me excedí.
-No, no. Ha sido alucinante.
-Yo también lo creo.- Dijo con su sonrisa pícara.
-Probablemente deberías cambiarte.- Dije riendo.
-¿Ya no me acosarás?
-Ah por favor, ¿yo?¿acosarte?
-Claro ¿quién más?
-Vístete, no vaya a ser que te vuelva a acosar.- Él soltó una fuerte carcajada y yo terminé de alistarme.-Te veo luego.-Dije depositando un beso en sus labios.
-Adiós ángel.
Volví a mi oficina pero a decir verdad mi cabeza ya no estaba para trabajar.
Traté de hacer un par de contratos pero afortunadamente mi celular sonó para interrumpirme.
-¿Hola?
-Hola pequeña.
-¡Papá!¡Te extraño!
-Lo sé cariño, yo igual. Lamento no haber podido contactar antes contigo.
-No importa. Mamá me ha contado que no estás muy bien.
-Nada por lo qué preocuparse.
-¿Estás seguro?
-Claro cariño, jamás mentiría con algo así.
-Bien.
-Tu madre me ha ido actualizando un poco, así que ya hay un nuevo pretendiente...
-Papá...
-Vamos, anda. Cuéntale a tu padre.
-No hay nada más que decir, es un muy buen hombre, me ha ayudado mucho, lo quiero, tiene una hermosa hija a la que también quiero.
-Eso se escucha genial cielo pero...
-¿Pero qué?
-Tú siempre encuentras un pero a las cosas Lex, lo has sacado de mí.
-Odio que me conozcas tanto.
-Soy tu padre, es mi deber.
-Bien, si hay un pero, aún tengo miedo de perderlo, ya casi lo pierdo y no quiero pasar de nuevo por lo mismo.
-Lex, hija. Entiendo que no has pasado situaciones fáciles recientemente pero si hay algo bueno que puedo decirte es que no te encierres como sueles hacerlo. Imagino que ya muchos te lo habrán dicho pero no seas terca y escucha lo que te dicen, date esa oportunidad. Eres joven y mereces ser feliz.
-Lo sé pa, gracias.
-No lo agradezcas. Estoy ahorrando para poder ir a verte pronto.
-Intentaré ayudarte.
-Tú no debes preocuparte pequeña.
-Quiero verte.
-Y yo a ti. Pronto será cielo.
-¿Me llamas más seguido?
-Sí Lex. Ya puedo hacerlo.
-Bien, hablamos luego entonces.
-Seguro.
-Adiós papi, te quiero.
-Y yo a ti cielo. Adiós.
Luego de colgar tranquila por haber hablado con mi padre volví a mi trabajo. No tenía ganas de seguir pero aún no estaba en condiciones de vaguear cuando mi trabajo pendía de la cuerda floja.
Me quedé hasta el último minuto de mi hora de salida y tomé mis cosas para buscar a Mark.
-Hola señor acosado. ¿Nos vamos?
-¿Por qué la prisa señorita acosadora?- Dijo levantando la vista de sus papeles.
-Quiero ir a casa, me has agotado.
-Mmm creo que alguien por aquí no tiene mucha resistencia.
-Cállate. ¿Vamos o no?
-De acuerdo. Deja que guarde esto.
Espere a que él estuviera listo mientras llamaba al ascensor. Luego de unos minutos llegó a mi lado y bajamos hasta la planta baja.
-¿Y el auto?
-Hoy no tenía tiempo para estacionarlo y lo dejé en la acera.
-Oh de acuerdo.
Mark iba delante de mí para cruzar la avenida y abrir mi puerta cuando vi que un auto a toda velocidad se acercaba a él. No me lo pensé dos veces, no había tiempo para entrar en shock. Tenía que ser valiente una vez en la vida, por él, por mí, por Bel.
Corrí lo más rápido que pude y me abalancé sobre Mark para evitar que el auto lo atropellara. Ambos caímos en un golpe seco contra el asfalto pero al menos lo tenía vivo en mis brazos.
-Dios mío, Dios mío.- Dije acunándolo en mis brazos y desbordando un mar de lágrimas por mis ojos.- Casi te pierdo Mark, casi te pierdo. Te amo, yo te amo Mark. Dios.
-Lexie, Lexie. Para.- Dijo él con lágrimas abrazándome.- Shh, yo también te amo cariño. Tranquila. Me salvaste. Estoy bien. Estoy aquí contigo.
-Dios.
-Tranquila. Ya sé quién está detrás de todo esto.
-¿Quién piensas que pudo haber sido?
-La única persona que nos vió salir hace instantes.
-¿Crees que fue Frank?
-No me caben dudas.
-Dios Mak, se ha vuelto loco.
-Ven. Vamos a casa. Hay que curar las heridas y hablar con calma.
-De acuerdo.
Como pude subí a su auto aún en shock por haber estado tan cerca de perder a otra persona más en mi vida.
Mark me ayudó a salir una vez que llegamos a su casa y luego de haber bebido una aspirina junto a un vaso de agua nos curamos las leves heridas.
Él llamó a Jacob para contarle por lo que habíamos pasado y pedirle que cuidara de Bel ya que no sería algo lindo vernos así.
-¿Mejor?- Dijo Mark una vez que nos metimos en la cama.
-Sí.
-Gracias por lo que hiciste hoy.
-¿Bromeas? Estaría muerta en vida si algo te sucede Mark. ¿Entendiste lo que te dije hoy?
-Sí, me asombra que haya que pasar por situaciones tan extremas para que me comentes lo que en verdad sientes.
-Vamos Mark. Estoy segura de que lo sabías.
-Es lindo escucharlo ¿sabes?
-Sabes lo que me ha costado decirlo.
-¿Vamos a pelear por esto?
-No, lo siento. Estoy estresada.
-Lo sé, pronto solucionaremos todo esto. Yo sé que Frank está implicado en el tema de los cheques pero aún estoy averiguando si tiene algo que ver con Sara y James.
-¿Tú crees que los tres están juntos en esto?
-Sospecho que sí.
-Dios, Mark. ¿Por qué tiene que haber tanta maldad?
-No lo sé cariño, pero no pararé hasta terminar con ellos. Nosotros vamos a tener nuestro final feliz.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Segura por su abrazo firme me acurruqué en pecho y dormí lo que pude ya que aún seguía preocupada como para relajarme completamente.
A la mañana siguiente el cuerpo me pesaba como si un camión hubiera pasado por encima mío. Cuando abrí los ojos pude ver que Mark me observaba y hacía suaves caricias en mi brazo.
-Buen día amor. ¿Cómo estás?
-Me duele un poco el cuerpo.
-Debe ser por el golpe ya que ahora estás relajada.
-Quizás.
-Ven, vamos a tomar un baño para aflojar un poco el cuerpo con el agua. Luego iremos a caminar para despejarnos un poco.
-¿Desde cuándo tienes todo planeado?
-Desde ahora.
Nos dirigimos hacia el baño y nos tomamos el tiempo para relajarnos y disfrutar el calor del agua junto a nuestros cuerpos.
Después de que Mark me preparara un abundante desayuno fui hasta casa para cambiarme de ropa y salimos a caminar por el parque.
-¿Sabes? Deberías traerte un bolso a casa con ropa.- Dijo Mark.
-Paso más tiempo en tu casa que en la mía, probablemente sí.
-Podrías venir a vivir permanentemente también...
-Mark...
-Está bien, está bien. No insisto. ¿Me repites lo de ayer?
-¿Qué cosa?
-Esas palabras.
-Mark...
-Vamos, nadie nunca me los dijo salvo Bel.
-¿Nadie?
-Nadie.
-Está bien. Te amo. Te amo Mark Turner, más de lo que podrías imaginar.
-Y yo a ti mi ángel.
Segura por su abrazo firme me acurruqué en pecho y dormí lo que pude ya que aún seguía preocupada como para relajarme completamente.
A la mañana siguiente el cuerpo me pesaba como si un camión hubiera pasado por encima mío. Cuando abrí los ojos pude ver que Mark me observaba y hacía suaves caricias en mi brazo.
-Buen día amor. ¿Cómo estás?
-Me duele un poco el cuerpo.
-Debe ser por el golpe ya que ahora estás relajada.
-Quizás.
-Ven, vamos a tomar un baño para aflojar un poco el cuerpo con el agua. Luego iremos a caminar para despejarnos un poco.
-¿Desde cuándo tienes todo planeado?
-Desde ahora.
Nos dirigimos hacia el baño y nos tomamos el tiempo para relajarnos y disfrutar el calor del agua junto a nuestros cuerpos.
Después de que Mark me preparara un abundante desayuno fui hasta casa para cambiarme de ropa y salimos a caminar por el parque.
-¿Sabes? Deberías traerte un bolso a casa con ropa.- Dijo Mark.
-Paso más tiempo en tu casa que en la mía, probablemente sí.
-Podrías venir a vivir permanentemente también...
-Mark...
-Está bien, está bien. No insisto. ¿Me repites lo de ayer?
-¿Qué cosa?
-Esas palabras.
-Mark...
-Vamos, nadie nunca me los dijo salvo Bel.
-¿Nadie?
-Nadie.
-Está bien. Te amo. Te amo Mark Turner, más de lo que podrías imaginar.
-Y yo a ti mi ángel.
Por dios que bellos me encanta todo el cap fue buenísimo gracias por compartirlo con nosotros besos exitos...
ResponderBorrar