Mark
Desperté por la mañana primero que Lexie. Sabía que tendríamos un duro día por delante con el tema del juicio por lo que me propuse hacerlo lo más ligero posible para ella, ya demasiadas emociones tuvo que enfrentar este último mes.
Me encaminé a la cocina para prepararle el desayuno, un café para que aguante durante el día junto a una porción de tarta de chocolate para darle ánimos.
Una vez que tuve todo listo subí a despertarla. Se la veía tan tranquila durmiendo que no quería despertarla, así era como me gustaría verla siempre, en paz. Le di suaves besos en su cara hasta que despertó con esa sonrisa tan característica de ella.
-Buen día, amor.- Dije.
-Buen día.
-¿Dormiste bien?
-Como un bebé.
-Te traje el desayuno.
-Oh Dios tarta de chocolate, ¿así serán todas nuestras mañanas?
-No te acostumbres.- Dije riendo.- Pero siempre que pueda lo haré.
-Sabes que bromeo, tenerte a mi lado al despertar es todo lo que necesito.
-¿Desde cuándo tan tierna Señorita Clark?- Dije abrazándola contra mi pecho.
-Desde que me di cuenta lo enamorada que estoy de ti y acostúmbrate al Sra. Turner.
-Me gusta como suena eso.
Lexie tomó su café y probó un poco de la tarta pero de un momento a otro su sonrisa se esfumó.
-Mark...
-¿Si amor?
-¿Crees que Sara y James pagarán por lo que hicieron?
-Claro que sí.
-¿Y si compraron a la jueza?¿Y si tienen un plan?
-No lo tendrán amor.- Dije tratando de calmarla. Últimamente tiende a alterarse mucho y eso me preocupa que termine por afectar su salud.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-No lo sé cielo, solo sé que el juicio está a nuestro favor y no hay manera de que resulte lo contrario.
-Tengo miedo.- Dijo acurrucándose en mi pecho como si fuera una niña.
-Eh que es eso, ¿dónde está mi Lexie valiente?- Dije acariciando su pelo.
-Se ha ido.
-Claro que no, sé que está ahi dentro y hoy necesito de ella. ¿Puedes pedirle que salga? Por mi y por Bel.
-De acuerdo. Odio que me extorsiones.
-Contigo no queda otra.
-Ja, gracioso.
-Anda, termina tu desayuno. Te prepararé un baño.
-Sí, papá.
-Ja, ¿quién se hace la graciosa ahora?
Recibí un almohadón de lleno en mi cara al terminar la frase.
-Ah no, futura Sra. Turner esto no va a quedar así.- Dije con una mirada fulminante.
Me abalancé sobre ella y comencé a hacerle cosquillas. Era lindo escuchar su risa, y ver como brillaban sus ojos al no poder contenerse.
-Ba...Bas...Basta. Tregua, tregua.
-Bien. Tregua. Te amo.- Dije besándola.
Me fui directo al baño y preparé el agua con sales para que se relajara. Esperé a que llegara y observé cómo se desvestía. Aún quedaba el rastro de esas cicatrices que sabía no podría borrar pero su cuerpo era arte, sus largas y suaves piernas, sus prominentes pechos, su abdomen que por las cicatrices intenta cubrir, su pelo oro, sus labios de seda, toda ella es única.
Se metió en el agua y la escuché suspirar al cerrar los ojos y apoyar su espalda en la bañera. Me coloqué de rodillas en el suelo detrás de ella y comencé un masaje en su cuello y espalda para ayudarla.
El médico me dijo que la mejor manera de ayudar era tratar de alivianar su estrés y esto por poco que fuera un simple masaje ayudó mucho en el último mes.
Habremos estado una media hora en el baño hasta que el agua comenzó a enfriarse y la ayudé a salir. La sequé con sumo cuidado y ella fue a vestirse. Observé como se colocaba su ropa interior de encaje pero me sorprendió mirándola.
-¿Podrías dejar de observarme mientras estoy desnuda? Pareces acosador.
-Sólo admiro.
-Ya me has visto desnuda.
-Pero mis ojos nunca tienen suficiente.
-Tendrás por la noche, ahora déjame cambiarme.
-Es una promesa.
-Hecho.
Fui hasta la habitación de Bel y me la encontré aún dormida en la cama. Me acosté a un lado de ella y repartí caricias por su pequeño rostro.
-Papi.- Dijo desperezándose.
-Buenos días, princesa. ¿Cómo estás?
-Muy bien, papi.
-¿Qué vas a desayunar?
-Mmm ¿pueden ser waffles con leche?
-Waffles y leche serán. Ve cambiándote.
-¿Hoy tienen esa cosa?
-¿El juicio?
-Sí, eso.
-Si cielo, te quedarás con tu prima Chris mientras nosotros nos encargamos de ese asunto.
-¿Y el tío Jacob?
-La enfermera de tu tía Amy quería hablar conmigo pero como yo no puedo él ira.
-Oh...de acuerdo. ¿Puedo invitar a Jim?
-Mientras tu prima no tenga problema.
-Le preguntaré en la casa.
-De acuerdo. Vamos, andando.
Bajé a la cocina y traté de hacer los waffles y la leche lo más rápido posible. Por suerte Lexie ya había desayunado sino tardaríamos el doble.
-¿Necesitas ayuda?- Dijo Lexie una vez que estuvo lista.
-Mmm creo que no, ya está todo listo.
-Bel se está poniendo sus zapatillas.
-Perfecto, su desayuno ya está listo.
-¡Aquí estoy!- Gritó mi hija al bajar las escaleras.
-Tranquila hija, no es necesario gritar.- Dije.
-Ups, lo siento. Mami, ¿me haces una trenza?
-Claro, cielo.
-Ahora ya no quieres que yo te haga tus trenzas.- Dije falsamente apenado.
-Papi, tus trenzas se me caían a los cinco segundos. Pero no estés triste, puedes hacerle una trenza a mi muñeca si quieres.
-Nono está bien, creo que así como tiene el pelo le queda bien.- Lexie y Bel comenzaron a reír y yo no tuve más remedio que unirme a ellas.
Mi hija terminó el desayuno y luego de dejarla con mi sobrina nos encaminamos al juzgado. Noté como los puños de Lexie se cerraban, clara señal de nerviosismo.
-Tranquila, todo saldrá bien.
-Espero.
-Solo respira.
Bajamos juntos del auto. Tomé su mano y entramos al salón donde se llevaría a cabo el juicio. Allí se encontraban muchos de nuestros amigos y familia para darnos su apoyo.
Al cabo de unos minutos que para mí fueron eternos Lexie caminó hasta donde se encontraba el abogado que mi padre contrató "como parte de su perdón" y Sara entró luego junto a un oficial.
Quería estar junto a Lexie en ese momento para darle mi fuerza pero la ley no me lo permitía. Ella me buscó con la mirada y yo le hice un guiño para tranquilizarla.
-Bien, silencio en la sala.- Dijo una vez que la jueza estuvo lista.- Empecemos con esto.
El juicio no duró más de hora y media, Sara se defendió, James hizo lo mismo, ninguno asumió culpas pero los hechos demostraban lo contrario y contra eso nada podían hacer.
El abogado de Lexie resultó excelente en su defensa y gracias a su trabajo lograron presentar más cargos contra ellos lo que prolongó la condena de ambos a veinte años de prisión para James y quince para Sara.
El abogado de Lexie resultó excelente en su defensa y gracias a su trabajo lograron presentar más cargos contra ellos lo que prolongó la condena de ambos a veinte años de prisión para James y quince para Sara.
Luego de que se llevaran a ese par de lacras Lexie vino corriendo a mis brazos.
-Ya está amor, todo terminó. Te dije que todo saldría bien .
-Gracias a Dios. Gracias a ti por estar a mi lado, de verdad no sé que haría si no te tuviera.
-Por suerte no tienes que pensarlo porque me tienes. Vamos, los demás también quieren un abrazo tuyo.
-Nunca creí dar tantos abrazos en tan poco tiempo.
-Acostúmbrate.- Dije riendo.
Luego de que todos se aseguraran de que Lex estaba bien y de que ella les dijera que debía ir a casa para descansar y cobrar fuerzas fuimos hasta lo de Jacob.
-Hola tortolitos.- Dijo Chris apenas nos vio.
-Hola Chris.- Dijimos ambos.
-¿Qué tal ha ido?
-Bien, mejor de lo que podíamos esperar.
-Oh, me alegro tanto.
-¿Jacob aún no llega?
-Mmm no, tampoco lo he llamado. Quédense con Bel que está en el patio mientras yo lo llamo.
-De acuerdo.
Hicimos caso a lo que Chris nos dijo y fuimos hasta el patio para encontrarnos a Bel jugando nada más ni nada menos que con Jim.
-Hola niños.- Dijo Lex.
-¡Mami!¡Papi!¡Llegaron!
-Sí cielo, ya estamos libres y listos para jugar.
-¡Iuuupi!- Gritaron ambos
Jugamos por un rato largo a dragones y princesas hasta que Chris apareció. Su cara estaba pálida y confundida.
-Chris, ¿estás bien?
-Si, eso creo. Por favor, ven a la entrada.
-Seguro, Lex ¿te quedas con los chicos?
-Claro.
Acompañé a mi sobrina por la cocina hasta llegar a la entrada y si el rostro de ella era blanco el mío lo superaba.
-¿Amy?¿Qué haces aquí?¿Jacob? Se suponía que debías ir a hablar con la enfermera no traerte a mi hermana.
-Tranquilo hermano. Hola. Yo también me alegro de verte.- Dijo abrazándome.
-¿Qué haces aquí Amy?
-Nadie ha hecho nada malo. He mejorado, me siento mejor, me siento diferente. Ya no aguantaba estar encerrada dentro de esas cuatro paredes y eso era lo que la enfermera quería hablar contigo. Al parecer ya ha acordado con Jacob que estoy en un período de prueba para ver como funciono lejos de ese loquero.
-Ya veo...
-Sé que estás sorprendido y no me tienes fe. Pero de verdad he mejorado.
-Eso es verdad hermano, yo mismo soy testigo de esos cambios y tú no lo sabes porque no la has visto que tampoco suene como reclamo porque entiendo por todo lo que has tenido que pasar con Lex.
-Lex...si Lex...yo he hablado con ella. Quiero verla. ¿Está aquí?
-Sí, pero no sé si sea un buen momento Amy.
-¿Tienes miedo de que la ahuyente?
-No es eso.- Dije enojado.- Solo que está cansada, acabamos de salir de un juicio.
-Oh.- Dijo ella.
-Nadie está cansada y me encantaría hablar contigo Amy.- Dijo Lexie al llegar a mi lado fulminándome con la mirada.
-Ya ves por qué no debo escucharte hermanito.
Ambas se marcharon con dirección a la cocina y yo me quedé en el living aún sin poder creer la situación que estaba viviendo junto a Chris y Jacob.
-¿Por qué no te sientas Mark?- Dijo Jacob.
-Sí, eso haré.
-Mark, pensé que sabías que Amy estaba mucho mejor que antes.
-Sí, pero tampoco tanto.
-Hay que controlarla Jacob. No quiero pasar nuevamente por lo mismo.
-Y no tendrás que hacerlo, esta situación es diferente y cuenta con el apoyo de mucha gente.
-Lo sé...
-Entonces deja de ser tan pesimista.
-De acuerdo, intentaré ayudar en todo lo que pueda.
-Así me gusta.
-Chris, ¿cómo estás con todo esto?
-Aún no me lo creo pero feliz, he deseado tener conmigo a mi madre desde hace tanto tiempo que me resulta difícil creer que todo esto sea real.
-Pues lo es.- Dijo Jacob abrazándola.
Luego de que Lexie y Amy salieran tomadas del brazo como si de mejores amigas se tratara y hayan jugado con Jim y Bel nos volvimos para casa. Había sido un día agotador cargado de muchas emociones.
-Bel, sube al baño que te ayudo en un instante.- Dije.
-¿No quieres que la bañe?- Preguntó Lex.
-No amor, ya tuviste suficiente y prefiero que guardes energías para otra cosa.
-¡Si serás!- Gritó ella desde el principio de las escaleras.
-Te amo.- Grité yo.
Me dirigí al baño de Bel y la encontré prendiendo el agua.
-Vamos a bañarse señorita.
-Si papi.
Mientras le enjuagaba el cabello a mi hija ella no pudo evitar preguntar:
-Papi.
-Sí, cariño.
-¿La tía Amy vivirá con Jacob y Chris?
-Así parece.
-¿Y tú estás de acuerdo?
-Claro que sí.
-¿Puedo visitarlos?
-Siempre que quieras.
-Papi.
-Si...
-Estoy feliz.
-Me alegra que así sea princesa.
-Tengo a una mami ahora y tú estás feliz. Ya somos una familia de verdad.
-Sí cariño, somos una familia de verdad.
Le sequé el cabello, le puse su pijama y luego de arroparla me dirigí a mi habitación.
Me sorprendí al entrar y encontrar una bandeja con comida en la cama pero lo que más llamó mi atención fue encontrar a Lexie al lado de la bandeja en un sexy conjunto de encaje.
-No podía quedarme sin hacer nada.
-Y decidiste darme un infarto.
-Tú eres el mirón.
-Lo tengo merecido. Creo que la comida puede esperar.
-Ah no de eso nada, se enfriará.
-Si que eres mandona.
-Acostúmbrate.- Dijo guiñándome un ojo.
Comí lo más rápido que pude ignorando como se reía detrás de mí. Dejé todo en la mesa y sin más me lancé a sus labios como tanto ansiaba.
-Sabes a chocolate y vino.
-Creo que es la mejor combinación.
-Coincido.- Dijo ella.
La devoré en un beso que nos consumía a los dos. Ella se aferraba a mi piel con sus dedos haciendo que todo nuestro cuerpo sintiera el fuego que estábamos desprendiendo.
Mi sexo palpitaba contra mi jean en cada roce que tenía con sus bragas. Al mismo tiempo los gemidos de ella aumentaban por esa fricción de la tela contra su sexo.
-Mark...
-¿Si?
-No voy a aguantar.
-¿Qué quieres?
-A ti. Dentro mío.
-Claro amor pero deberás esperar, hoy tengo otros planes...
-¿¡Qué!?
-Ya verás...
Y así comenzó nuestra noche entre juegos, besos, deseo y pasión.