martes, 10 de marzo de 2015

Capítulo 37

Lexie

Vi la cara de asombro de Mark al darme la vuelta y confesarle que tenía dudas sobre el estar embarazada.

-¿Cómo...cómo lo sabes?
-Tengo un atraso de varias semanas.
-Lex...pero...¿la píldora?
-La he tomado, es por eso que no estoy segura.
-¿Qué ocurriría si estás embarazada?
-No lo sé Mark, no sé si estoy lista.
-Amor, sé que sería muy difícil para ti pero sabes que me tienes aquí a tu lado para apoyarte en todo, nada me haría más feliz que tener un hijo contigo, Bel estaría más que contenta también de tener un hermanito o hermanita. Juntos podemos hacerlo.
-¿Y qué si le pasa algo? Yo no podría pasar de nuevo por eso Mark.- Dije llorando.
-Hey, nena. Todo va a estar bien, nada malo va a suceder.- Dijo tomando mi barbilla, obligando a que lo mire a los ojos.- ¿Confías en mí?
-Sí.
-Entonces quiero que estés tranquila. Todo saldrá bien. ¿Por qué no te vistes y vamos al médico?
-No estoy lista para ir aún.
-Lexie...
-Está bien, está bien. Ya voy, ya voy.

Entré a la ducha y no pude evitar ponerme a pensar. No me sentía preparada para tener otro hijo. No después de haber perdido a Charlie. El terror invadía mi ser al pensar en que algo podría pasarle a otro niño por mi culpa pero por otro lado tener otra vida creciendo en mi interior me llenaba de esperanza.
Dejé que el agua se llevara mis pensamientos y salí de la ducha. Sequé mi pelo y me cambié.
Mark me esperaba abajo ya listo para irnos.

-¿Lista?.Te hice jugo de naranja y tostadas para llevar en el camino.
-¿No puedes esperar a que coma y vamos?
-No. Quiero saber si voy a tener un hijo o no. Andando.

Su emoción me hacía reír pero me asustaba como podría reaccionar si es que no había ningún bebé en mi interior ¿se decepcionaría?¿querría seguir conmigo?
Llegamos a la clínica en un instante y aguardamos en la sala de espera a que algún obstetra nos atendiera. Recorrí la habitación con la mirada. Imágenes de bebés, vientres redondeados, las mujeres con sus maridos en las sillas. Me transporté a la misma situación con James años atrás esperando a saber si tendríamos un niño o una niña. No quería recordar. No quería volver a perder. No de nuevo.

-Sra. Turner.- Anunció el médico. Miré a Mark levantando una ceja por el nombre con el cual me había anotado y él solo sonrío.





Entramos al consultorio y tomamos asiento, mis manos temblaban por los nervios. El obstetra fue muy  amable y escuchó pacientemente que le contara la situación. Me hizo unas pruebas de sangre y luego pasó a la ecografía. Definitivamente no estaba lista para ver un porotito en la pantalla.

-Parece que no estaba equivocada Sra. Turner. Usted está embarazada.- Entré en shock, no podía hablar. Mark tenía una sonrisa que le ocupaba toda la cara y lágrimas caían de su rostro.
Me quité el gel rápidamente de mi vientre, me vestí y saludé al doctor para salir corriendo hasta la salida.

-¡Lexie!¿Qué haces?¿A dónde vas?- Dijo Mark corriendo detrás de mí hasta que logró alcanzarme.
-Déjame, me voy.
-¿A dónde?
-A la casa.
-¿Estás bien?
-No, Mark. No quiero. No de nuevo. No quiero pasar por lo mismo. No quiero este bebé.- Dije colapsada.- No voy a tener un bebé.
-¡Lexie Clark!¿Qué demonios estás diciendo? Vamos a tener este bebé, lo vamos a cuidar, lo vamos a amar y vamos a ser muy felices los cuatro juntos. Nada malo les va a pasar. Yo voy a cuidar de ustedes. ¿Puedes confiar  una maldita vez en mí?- Todos los pacientes miraban asombrados el espectáculo que habíamos montado.
-Vamos.

Me sentía avergonzada por la escena que había provocado, no tenía que adivinar para saber que Mark estaría decepcionado de mí.
Nos subimos al auto y condujo en absoluto silencio. Al llegar a la casa e intentar abrir la puerta del auto no pude. Mark las había trabado. Suspiró largo y fuerte para decir:

-Ahora sí. Escúchame de una vez por todas y esta créeme que será la última porque no estoy dispuesto a pasar todos los días por el mismo discursito. Esto ya me está estresando. Vas a tener ese bebé aunque tenga que amarrarte los nueve meses a una maldita cama. Puedes hacer esto por las buenas o por las malas. Prefiero la primera opción porque de verdad te amo y quiero que armemos nuestra familia. Sé que tienes miedo, lo entiendo. Sé que te asusta volver a tener un bebé dentro tuyo, lo entiendo. Lo que no entiendo es por qué demonios no confías en mí, en que sea capaz de cuidarlos, en no querer formar una familia conmigo.
-Dios...Mark...No.- Dije entre llantos. Maldito embarazo, las hormonas estaban revolucionadas en mi interior.- Claro que quiero formar una familia contigo, claro que confío en tí y está claro que te amo. Solo tengo miedo.
-Y te entiendo, pero ¿no puedes dejar de lado ese miedo e intentar ser feliz?
-Lo intentaré por ti, por Bel y este bebé.
-Y por ti Lex, hazlo por ti.
-De acuerdo.

Tomó mi rostro y me acarició suavemente la mejilla con su pulgar haciendo que me relajara.

-Te amo más que a mi propia vida Lexie y ese bebé me hace el hombre más feliz del mundo.
-Yo también te amo.

Nos dimos un tierno beso y decidimos buscar antes a Bel para poder darle la noticia de que tendría un hermanito.
Durante el camino decidimos dejar el tema del bebé y ponernos a pensar en el casamiento. Ya no quedaba nada de tiempo y yo ni lugar para la fiesta, ni lista de invitados, ni vestido tenía. Solo un pequeño poroto creciendo en mi interior.
Cuando llegamos a la casa de Jim pudimos observarlos a ambos jugando en el jardín delantero y lograron sacarnos una sonrisa. Sé que a Mark le cuesta aceptar esa intensa amistad que tienen pero no le queda otra opción que aceptarlo.

-Mira Jim mis papis vinieron.- Dijo Bel señalando el auto. Bajamos para saludarlos y luego de que Mark le agradeciera al padre del niño nos marchamos a casa.

Bel nos contó durante el camino todo lo que había hecho con Jim y como se había comportado ella, cosa que me hizo reír.
Pasamos por el supermercado para comprar comida hecha y luego nos instalamos en la casa.

-Bel, princesa. Ven aquí.- Dijo Mark señalando el sillón.
-¿Qué ocurre papi?
-Lexie y yo tenemos algo para contarte.
-¿Un secreto?
-Por ahora si.- Dije mirando a Mark. Aún es todo muy precipitado mi porotito no debe tener más de mes y medio, no quiero dar la noticia al resto de la familia hasta no estar segura.
-Y....-Dijo Bel.
-¿Recuerdas que me habías hecho un pedido en el auto hija?
-Si, papi. ¿Se lo dijiste a mami?
-No...pero puede que ese pedido se cumpla cielo.
-¿¡Voy a tener un hermanito!?
-Eso parece. Pero debemos esperar ¿si?- Dije yo.
-¡Si!¡Iupi!¡Iupi!¡Gracias mami y papi!- Dijo Bel abrazándonos a ambos logrando que nuevamente volviera a llorar.
-No nos agradezcas cariño.- Dije acariciando su rostro.

Bel se abrazó a mi vientre y acariciándolo dijo:
-Voy a ser la mejor hermana mayor del universo y tu mami será genial. 

Las lágrimas volvieron a salir como si de cataratas se trataran. Mark sonría al ver la felicidad en el rostro de su hija.

-Bel, vamos a bañarte así dejamos descansar un rato a mami.
-De acuerdo.

Me quedé en el silencio del living y cerré mis ojos. Instintivamente acaricie mi vientre.

-Mira en que momento has llegado porotito. Sé que no será fácil pero prometo hacerte muy feliz. Seré la mejor mamá o al menos eso intentaré cielo.

Suspiré fuerte, intentando calmar todas las emociones que peleaban en mi interior y preparé algo ligero para que comiéramos los tres...cuatro.
Luego de comer y arropar a Bel fui a mi cuarto. La imagen de mi futuro marido en la cama hizo que las hormonas se encendieran en el acto.




-¿Por qué me miras así?- Dije.
-¿Yo? Te miro como siempre.
-No, me miras como si insinuaras algo...
-Mmm y ¿qué insinuo?
-Ya sabes...
-Siempre puedes decirme.- Dijo incorporándose mirando de manera provocadora.
-Mark...
-Lexie...Quiero comprobar una cosa.
-¿Qué?

De un asalto me tumbó en la cama apoyando su creciente erección en mi vientre.
-Quiero saber si este embarazo te ha revolucionado las hormonas.
-Oh creeme que si.
-Entonces quiero disfrutar de mi futura esposa.

Definitivamente lo necesitaba. Necesitaba sentir los labios de Mark en mi piel. Necesitaba que me adorara, que calmara todas mis preocupaciones con sus caricias.
La temperatura de mi cuerpo no hacía más que subir minuto a minuto y mi respiración se aceleraba cada vez más ante la necesidad de tenerlo dentro mío.
Cansada de esperar decidí tomar el mando yo y de una vuelta me subí encima de él para tomar su miembro y finalmente unirnos.
La sonrisa de Mark y su cara de placer me lo dijo todo y así disfrutamos de una noche única y especial. 

1 mes después...

Si pudiera resumir el mes en una palabra sería: agotador. Trabajo, prueba de vestidos, salón, padre de ceremonia, comida, invitados, el embarazo de Mel, mi embarazo. Solo quería relajarme y no veía la hora de tener esa luna de miel junto a Mark y Bel. Sí, decidimos llevarla junto a nosotros. Seríamos incapaces de dejar a nuestra niña.
Afortunadamente al tener solo tres meses de embarazo la panza no se me nota aunque claro que mi mamá piensa que he aumentado de peso por el chocolate y por esa razón he tenido que hacer tres pruebas de vestidos. Con Mark pensamos contarles a todos la noticia mañana luego de la boda.

-¡Lex!¿Ya estás lista o debo seguir esperando? Las compras no se hacen por si solas.- Dijo mi amiga desde el living.
-¡Ya voy!

Agarré dinero, llaves, celular los metí en mi bolso y baje a encontrarme con mi amiga.

-Al fin mujer, tardas más que yo en cambiarte y eso que el barril embarazado aquí soy yo.- No pude evitar reirme por su comentario. Si supiera que en unos meses estaría igual o peor que ella.
-Vamos y deja de criticar.

Nos subimos a su auto y fuimos hasta el centro comercial para comprar cosas que yo necesitaba de último minuto y que Mel necesitaba por el bebé.

-Y bien...¿nerviosa por la boda?
-Más que nerviosa estoy ansiosa. Quiero mucho ser la esposa de Mark. También quiero esas merecidas vacaciones junto a él y Bel, he pasado por mucho estrés últimamente.
-Lo sé amiga, he visto por todo lo que has tenido que pasar.
-¿Cómo va el embarazo?
-Bien, no me quejo. Tengo este cansancio constante, y los vómitos han cesado pero tengo suerte de contar con un papi como Jack.




-Yo siempre lo dije pero tú y tus miedos no querían escucharme.
-Oh mira quién habla.
-Lexie Clark.
-Claro, la miedosa a ser feliz.
-Ya no más, he avanzado mucho. Acepté a esa niña hermosa, estoy a punto de casarme nuevamente y los cuatro seremos muy felices.- Me mordí la lengua al instante de haber pronunciado la última frase.
-¡Lo sabía!
-¿Qué?
-No puedes esconderme nada.
-¿De qué hablas?
-Los cuatro...
-Emmm claro, Mark, Bel, yo y el perrito.
-Claro si, ¿piensas que soy tonta? Estás embarazada y no me lo has dicho me siento ofendida.
-Dios Mel, no es así. Sí, estoy embarazada pero aún es muy pronto apenas tengo tres meses no sé que puede llegar a pasar y nadie lo sabe aún por favor no le digas a Jack. Con Mark lo anunciaremos mañana.
-Por supuesto amiga. Guardaré el secreto y no tienes nada que temer, todo saldrá bien.
-Eso espero.

Nos dimos un fuerte abrazo y luego de aclarar que ella sería la madrina continuamos con las compras para luego volver a casa.
La tarde y noche paso volando entre últimos arreglos, llamados de último minutos, preparar el vestido que no debía ser visto por Mark.
Decidimos dormir los tres juntos en la cama esa noche y a la mañana siguiente fue un ir y venir de gente desfilando por la casa. Claramente todo contratado por mamá. 
Estilista, maquilladora, vestuarista, fotógrafo, papá, mi madre, Mel, Jack, Bel, Chris. Todos cumpliendo una función.
Al terminar de quedar totalmente producida no pude evitar que una lágrima cayera por mi rostro. Me veía linda y llena de esperanza.
Mi madre sonrío al verme.



-Te dije que eran los mejores.
-En verdad lo son.
-¿Estás lista?
-Eso creo.
-Andando entonces. Tienes un novio que espera por ti.

Como ya me había casado por iglesia tuvimos que organizar una especie de altar para celebrar nuestro casamiento. Francamente lo único que quería escuchar era "los declaro marido y mujer".
Cuando llegamos a nuestro destino y bajé ansiosa del auto.
Mi padre tomó mi brazo y dijo:

-¿Estás lista cielo?
-Claro que sí.
-Estoy orgulloso de ti cariño.
-Papá...por favor, ahora no. Me vas a hacer llorar.
-¿Cuándo lo haré sino? Has luchado contra todo lo que se interpuso en tu camino. Supiste sobreponerte al dolor. Avanzaste, perseguiste ese deseo de felicidad y no bajaste los brazos por más oportunidades que se presentaron para que lo hicieras. Estoy feliz de poder ver todo lo que has logrado. Eres una persona buena hija y te mereces el mundo. Mark es un gran hombre y estoy seguro que formaran una familia increíble.

El nudo en mi garganta no hacía más crecer y no pude hacer más que tragarme las lágrimas o entraría a la ceremonia como si de un mapache se tratara.
Abracé muy fuerte a mi padre y nos dispusimos a hacer la entrada. Suspiré fuerte, las puertas abrieron y lo único en lo que pude concentrarme fue en los ojos con los que me admiraba el amor de mi vida.


1 comentario :