lunes, 13 de octubre de 2014

Capítulo 24

Mark

Luego de insistir a Lexie que no se juntara con su amigo me di cuenta que era un caso perdido discutir por semejante estupidez. Las cosas venían funcionando de maravilla entre nosotros y no quería arruinarlo por mi parte celosa.
Con Bel fuimos a hacer las compras para la casa mientras ella no dejaba de hablar de lo mucho que se divertía con Lexie y de la fiesta por su cumpleaños.

-¿Papi puede venir Lexie a mi fiesta?
-Claro, cariño.
-Luego voy a llamar para invitarla.
-Me parece perfecto.
-¿Puede venir una princesa a la fiesta?
-¿Una princesa?
-Si papi, porfis quiero una princesa en mi fiesta.
-Está bien...buscaré una princesa.
-Y un superheroe.
-¿Qué?
-Porfis, porfis. Si las niñas tenemos una princesa los niños deben tener un superheroe sino se van a aburrir.
-¿Y de dónde voy  a sacar un superheroe Bel?
-Del mismo lugar que saques a la princesa.
-Haré todo lo que pueda.
-Gracias papi, eres el mejor.
-Lo que sea por verte feliz.

Los pedidos de mi hija suelen ser extravagantes y por eso no me sorprende que haga estos planteos a pocos días de su cumpleaños, ya me esperaba un pedido de estos. ¿Y ahora de dónde voy a sacar una princesa y un superheroe?
Volvimos a casa y dejamos las compras en la cocina. Mientras Bel dejaba su bolso en su cuarto yo fui al mío para cambiarme pero me llevé una sorpresa al encontrar a mi mamá llorando en mi cuarto.

-¿Mamá?
-Oh, Mark. No pensé que llegarías hasta dentro de un rato.- Dijo quitando las lágrimas de su rostro.




-¿Qué haces aquí?
-Pasaba a visitarlos.
-¿Por qué estás llorando?
-No es nada.
-Mamá, sabes que puedes contarme lo que sea. A pesar de que no tengamos la mejor relación eres mi madre y estoy para escucharte.
-¿Me das un abrazo hijo?
-Claro.

Me acerqué a ella y la contuve en un fuerte abrazo. No recuerdo la última vez que abracé a mi madre. Quizás en algún cumpleaños o tal vez el día que nació Bel pero extrañamente abrazarla me transmitió paz.

-¿Ahora vas a decirme que ocurre?
-Solo una discusión con tu padre.
-¿Por qué?
-No tiene sentido.
-Mamá...
-Está bien, discutimos por esa empleada que sale contigo. Tu padre no te quiere con ella de ningún modo, a pesar de que yo también elijo a Sara creo que si esta chica te hace feliz deberías luchar por ella. Sin embargo, tu padre no está de acuerdo con eso y por esa razón discutimos.
-Mamá, puedes dejar que papá diga lo que quiera, no quiero que se peleen entre ustedes. Su opinión no me importa, por mi puede irse al infierno que yo seguiré con Lexie cueste lo que cueste.
-Hijo, no hables así de tu padre.
-¿Y todavía lo defiendes?
-Mark, no quiero pelear. Estoy de acuerdo con que estés con esa chica pero no debes faltarle el respeto a tu padre.
-El me lo ha faltado por muchos años.
-Cariño, se que no lo entiendes pero tu padre y yo no tuvimos una buena infancia e hicimos todo lo que pudimos para darte a ti y a tu hermana lo mejor.
-Creo que equivocaron conceptos. No necesitaba plata, necesitaba una familia.
-Lo siento hijo, quizás no hicimos las cosas bien o no tomamos las mejores decisiones pero todo lo hemos hecho por el bienestar de ustedes.
-Si y mira como ha terminado Amy.
-Ya Mark, es suficiente.
-Está bien mamá, es mucho por hoy.
-¿Dónde está Bel? Quiero verla.
-En su habitación.
-De acuerdo, iré por ella.

Me duché para calmar mi humor y poder pensar tranquilamente. En verdad en el fondo quiero a mis padres, a pesar de no haberme dado el cariño que necesitaba no puedo odiarlos por darme la vida. Claramente no tengo una buena relación pero al menos los tengo. No puedo avalar el hecho de que nos hayan abandonado prácticamente a Amy y a mí pero he visto casos peores y no puedo quejarme. Afortunadamente, aprendí a no cometer el mismo error con mi hija.
Dejé que el agua se llevara todos mis pensamientos y una vez relajado salí del baño para cambiarme. 
Bajé al living y encontré a mi hija jugando con sus muñecas.

-¿Y la abuela?- Pregunté.
-Se acaba de ir.
-¿Por qué?
-Dijo que tenía cosas por hacer.
-Ya veo...¿Qué quieres que hagamos?
-Siéntate papi.
-De acuerdo...
-¿Recuerdas que te dije que quería un perrito?
-Sii.
-¿Podría ser mi regalo de cumpleaños?
-Bel...
-Porfis, porfis.
-Hija, un perro es mucho más que solo jugar, necesita que lo alimenten, que lo saquen a pasear, llevarlo al veterinario. Es una responsabilidad enorme.
-¿Qué es una responsabilidad?
-Algo que debes cumplir.
-Prometo cuidarlo papi, porfis.
-Eso dices ahora Bel.
-No papi, lo prometo. Por favooooor.
-No lo sé...
-Lo juro, me portaré bien, voy a ayudarte, cuidaré del perrito. Porfis.
-Está bien, está bien. Tendrás un perrito. Pero estarás a prueba.
-Siiiii, papi eres el mejor del mundo.

Mi hija se abalanzó a mis brazos y comenzó a repartir besos por toda mi cara. Yo la tomé en el aire y la coloqué debajo de mí para hacerle cosquillas y darle más besos.

-Basta paaaapi.- Dijo entre risas.
-Tu lo iniciaste.
-Paz, me rindoooo.
-De acuerdo.- Dije separándome.- ¿Sabes que te amo con todo mi corazón hija?
-Y yo a ti papito.
-¿Merendamos?
-Sii.

Fuimos hasta la cocina y decidimos preparar una torta para el té. Luego de lograr un completo desastre con los ingredientes limpiamos hasta que la preparación se cocinara.
Cuando terminamos de ordenar todo decoramos la torta y finalmente pudimos comerla.

-Mmm papi eres el mejor cocinero del mundo.
-¿Te gustó?
-Mucho, ¿por qué no eres chef papi?
-Porque alguien debe encargarse de la empresa.
-¿Eso quiere decir que tampoco voy a poder ser lo que yo quiera?
-No cielo, tú seguirás tu camino y serás lo que quieras ser. Yo estaré a tu lado para apoyarte en todo lo que elijas.
-Gracias papi.
-No me lo agradezcas pequeña. ¿Qué te gustaría ser en un futuro?
-Mmm me gustan mucho los animales y la ropa.
-Dos cosas muy distintas pero tienes mucho tiempo aún y espero que pase muy pero muy lento.
-¿Por qué papi?
-Porque eres mi pequeña y un día me dejarás.
-Nunca voy a dejarte papi.
-Eso espero.

Terminamos de tomar el té y luego de jugar un rato juntos nos sentamos en el sillón del living, pude notar en el rostro de mi hija el mismo vacío que yo sentía al no tener a Lexie junto a nosotros en la casa, su presencia se notaba y el no tenerla cerca también.

-¿Estás pensando lo mismo que yo papi?
-¿En Lexie?
-Sii, llámala para que venga a jugar conmigo.
-Cariño, creo que necesita un descanso de nosotros.
-Porfis, porfis.
-No creo que sea adecuado.
-Es que ella juega comigooo.
-Y yo también cariño.
-Si pero ella es nena.
-Voy a ponerme celoso.
-Te quiero papi.
-Está bien, la llamaré.

No quería molestarla, quizás estamos agotándola pero ver que mi hija pide por ella me da mucha ternura y no puedo negarle aunque sea el intento de que Lexie venga.

-Hola Mark.- Contestó ella.
-Hola Lex, escucha, sé que ya debes estar cansada de tenernos todo el tiempo encima tuyo pero Bel está pidiendo por ti ¿te molestaría venir a casa?
-Mark, para mí no hay nada más lindo que estar junto a ustedes y no es una tortura, hace mucho tiempo no tenía una familia con la cual compartir mis momentos aunque quizás esa familia que había armado era una mentira.
-¿Está todo bien?
-Solo una cosa no muy agradable que me he enterado.
-¿Es por culpa de Frank?
-No, en cuanto llegue te cuento.
-De acuerdo, te espero.
-Nos vemos.

No pude evitar quedarme preocupado al oír el tono de su voz, me intrigaba saber qué fue lo que la había puesto así. Sabía que juntarse con ese hombre no iba a dar nada bueno como resultado, puedo ver en sus ojos que muere por Lexie pero no me permitiré perderla y mucho menos por él.
Afortunadamente, no tardó mucho en llegar y Bel corrió a abrirle la puerta.

-Hola pequeña.- Dijo besando en la cabeza a mi hija.
-Hola Lex. Ven, quiero mostrarte una nueva muñeca que papi me compró.- Dijo tironeando de su brazo.
-Bel espera, con calma. No es un juguete. Lexie no se va a ir.
-No hay problema Mark.- Dijo Lexie riendo.- Subiré con ella y luego hablamos nosotros.
-De acuerdo, prepararé las cosas para la cena.
-Perfecto.

Ambas subieron las escaleras con una sonrisa en sus rostros que de alguna manera contagiaba.
Preparé la comida para luego solo calentarla y puse la mesa.
Con Lexie decidimos hablar del tema cuando Bel se durmiera para así estar tranquilos y sin interrupciones.
Cenamos como si fuéramos una familia realmente ensamblada, como si de hace años se tratara. Me sentía vivo junto a mis dos mujeres.

Mientras yo limpiaba en la cocina Lexie subió a contarle un cuento a Bel para que se durmiera.
Cuando terminé subí a la habitación de mi hija para poder ver si ya estaba dormida. Desde un pequeño hueco en la puerta pude ver como Lexie acomodaba a mi hija que ya estaba dormida y al despedirse dijo:
-Descansa hija.
Quise llorar en ese mismo instante pero no quería que Lexie se sintiera espiada por lo que me apresuré en llegar al cuarto y esperarla allí tratando de calmar mis emociones.

-Listo, se ha dormido.- Dijo al entrar en la habitación.
-Gracias.
-Fue un placer.
-Ven.- Dije extendiendo mi mano para que se acostara junto a mí en la cama. Ella aceptó, y se acurrucó en mi pecho.- ¿Vas a contarme ahora?
-Estoy teniendo sospechas Mark.- Dijo seria.
-¿Sospechas de qué?
-De quién robo el dinero.
-Puedes decirme.
-Creo que ha sido Sara.
-¿Sara?
-Sí, eso creo.
-Lex, sé que Sara es detestable e incluso podría hacer cosas en mi contra pero no creo que llegue al punto de robar. No tiene sentido.
-Mark, no te pido que me creas o confíes en lo que pienso solo te estoy dando mi opinión. Además Frank la ha visto besándose con mi ex esposo en el estacionamiento y el tampoco es de fiar.
-¿Qué?- Dije sobresaltado.



-Lo que has escuchado.
-Lex, yo confío en ti pero es que todo esto es tan rebuscado...Mira yo la investigaré, seré su sombra y si ella llega a estar implicada en esto juro que su vida será un infierno.  Nadie va a dañarte ¿entendido?
Ella asintió y se acurrucó aún más en mi pecho. 
-Créeme que no te mentiría, si lo digo es porque creo que estoy en lo correcto.
-Lo sé mi ángel pero ya no quiero que te preocupes por esto aunque sea por esta noche olvídate del tema.
-De acuerdo...
-Esta semana es el cumpleaños de Bel y ella quería invitarte.
-Me encantaría ir.
-Y debo pedirte un favor...
-¿Qué?
-Necesito que seas una princesa.
-¿¡Qué!?
-Bel quiere una princesa y ¿quién mejor que tú?
-No, de ninguna manera. No puedo Mark.
-¿Por qué no?
-Es ridículo.
-No mi ángel, incluso yo debo buscar a un superheroe.
-Mmm veamos, acepto ser la princesa pero con una condición.
-¿Cuál?- Dije entrecerrando mis ojos.
-Que tú seas el superheroe.
-Ah no de ningún modo.
-Entonces no hay princesa.
-Eres desesperante.
-Y tú más.
-Extrañaba que me pelees.
-Yo también.- Dijo sonriendo.
-Está bien, acepto.
-Trato hecho entonces.

Bel se había dormido y yo lo único que necesitaba era estar nuevamente dentro de la hermosa mujer que tenía a mi lado.
Coloqué una mano sobre su mejilla y con el pulgar la acaricié mientras ella inclinaba su cabeza contra mi mano cerrando los ojos. Acerqué mis labios a su boca para poder rozarlos y sentir el calor que desprendían, nuestras lenguas decidieron participar del juego y comenzaron un sensual baile entre ellas. 

Podía sentir como su respiración se agitaba e iba al compás de la mía.
Desabroché su camisa para poder sentir su delicada piel en mis manos, luego me deshice de su sujetador y su pantalón siguió el mismo camino.
Comencé un camino de besos por su cuello y espalda sintiendo con mi tacto como su piel se erizaba.

Dirigí mis manos a sus pechos que ya estaban duros producto de la excitación, los apreté y luego coloqué mi boca sobre ellos mientras ella gemía levemente.
Noté como Lexie se removía en la cama reclamando atención en su parte más íntima que sabía debería estar muy húmeda.

Me deshice de mi ropa en cuestión de segundos y no perdí más tiempo. Ella hizo el amago de tomar mi miembro pero la frené.
-Esta noche es toda para ti mi ángel, relájate.

Dirigí las yemas de mis dedos a su centro de placer acariciando sobre su braguita, comenzando una fricción entre la tela de esta y su clítoris. Lexie se aferraba a las sábanas al mismo tiempo que su cuerpo temblaba debajo del mío.
Luego quité esa barrera que impedía el contacto con su piel y posé mi boca sobre su parte más íntima. Comencé a lamer y degustar su dulce sabor. Ella tiró su cabeza hacia atrás y cuando comenzó a convulsionar decidí acallar sus gemidos con un beso en sus labios.

Mi miembro estaba palpitante por entrar en ella y colocando un preservativo abrí sus piernas para situarme entre ellas. Rocé su entrada con mi miembro para que sintiera como este ardía por ella y sin esperar más me sumergí en su profundidad viendo las estrellas. 

Nuestros ojos se conectaban transmitiendo mucho más que palabras, nuestras sonrisas reflejaban la felicidad que sentíamos al estar unidos de esta manera.
Mis embestidas comenzaron a ser más rápidas y bruscas. Sentía como sus paredes apretaban mi miembro amoldándose. El choque de nuestros sexos estaba volviéndome loco y cuando ya no aguantamos más nos liberamos al mismo tiempo quedando derrumbados en la cama.
La abracé por la cintura y aún dentro de ella le di un beso en su cuello para así quedar dormidos. Unidos.



6 comentarios :

  1. Respuestas
    1. La madre de Mark es inentendible por momentos parece arrepentirse, por otros no.
      Gracias por leer, un beso enorme.

      Borrar
  2. hay algunas cosas que me tienen en alerta ya veremos que pasa excelente cap exitos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Siempre alerta jaja, se que todo resulta inesperado.
      Gracias por tu comentario.
      Besos!

      Borrar
  3. Ayyy mark es un amor d hombreeee..me encanta q esten juntos...

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mark a pesar de todo, es excelente tanto como hombre y como padre. Gracias por comentar.
      Un beso grande!

      Borrar