Mark
¿Acababa de llamarla amor? Ahora si lograría alejarla por completo de mí, ¿cómo pude ser tan idiota de soltar una bomba así como así? Más después de haber gritado como lo había hecho segundos atrás.
-Lexie...yo...
-¿Vas a hablar o a seguir tartamudeando?
-No sé qué decirte.
-Dijimos que iríamos lento y me llamas amor de la nada, ¿Mark tú me amas?
-Dios, Lexie. ¿Por qué tienes que hacer las cosas tas complicadas?
-¿Yo las hago complicadas? Responde a mi pregunta Mark. ¿Me amas?
Pensé en mentir y decirle que aún no sentía amor que todavía era muy pronto pero ya había metido la pata y si quería sinceridad eso tendría.
-Sí Lexie, si te amo. El momento más feliz del día es verte cada mañana, el momento más triste es al dejarte en tu casa. Te amo. Te amo desde el primer momento en que te ví aquí. Sabía que te encontraría incluso antes de conocerte. Sé que no te gustan las palabras cursis o que te diga cosas como esta pero querías sinceridad pues ahí la tienes y si no es lo que esperabas lo siento pero son mis sentimientos.
Lexie se abalanzó a mis brazos y comenzó a sollozar en mi cuello, la atraje en un abrazo y acaricié su pelo intentando calmarla.
-Gracias.- Dijo luego de unos minutos.
-¿Gracias por qué?
-Por decir lo que acabas de decir.
-Es lo que siento y no deberías agradecérmelo.
-Quisiera poder decir algo tan bonito como lo que acabas de decir Mark pero por ahora simplemente no puedo, dame tiempo. Sé que lo paso bien contigo, sé que cada vez me encariño más contigo y tu familia, sé que me haces bien pero aún no puedo decirte esas palabras porque una vez que las diga eso significará que me tienes para siempre ¿entiendes? Y si algo malo pasa entre nosotros yo no podré seguir adelante una vez más.
Su confesión me sorprendió pero eso demostraba el daño que la pérdida de su hija y el engaño de su ex marido provocó en ella dando lugar a una mujer con miedo a amar y ser amada, con miedo a formar una familia, con miedo a tener una nueva vida. Sin embargo, estaba dispuesto a esperar el tiempo necesario y ayudarla a dejar atrás sus temores para poder seguir adelante.
-No necesito que digas nada Lexie, con tus actos demuestras todo. Nada malo va a pasarnos y yo me encargaré de ello.
-Te creo Mark.
-Bien. Por otro lado no me olvido de lo que ese imbécil te hizo, voy a encargarme de ello, esto no va a quedar así.
-Ten cuidado ¿si? No lo conoces y tampoco de lo que es capaz.
-No me importa de lo que sea capaz pero nadie va a ponerte un dedo encima a menos que sea yo y para otras cosas.- Dije guiñándole un ojo para sacarle una sonrisa.
-Eres idiota.
-Ya lo sé y es por ti. Además...¿a qué venías cuando entraste?
-Venía a decirte que Chris iba a salir con un amigo, Jacob no le da permiso y tú podrías dárselo.
-Mmm...¿y quién es ese amigo?
-Un amigo de su escuela.- Mentí ya que no tenía idea con quién iba a verse.
-¿Tú confías en ese chico Lex?- Y a esto qué se suponía que debía contestar.
-Sí...
-Bien confío en ti, entonces dile que puede salir.
-Gracias.- Dije depositando un beso en sus labios.
-Te veo luego mi ángel.
Luego de que Lexie se fuera a su oficina me tomé unos momentos para pensar todas las emociones que Lexie había logrado sacar de mí.
Yo también salía de una relación desastrosa ella no era la única y aún así logró cambiarme por completo dándome las ganas para volver a creer en el amor, ganas de volver a formar una familia, ganas de volver a ser feliz.
Cada día me sorprende más los avances que ella tiene, desde un principio pensé que sería muy difícil que aceptara a Bel sin embargo ahora las veo más unidas que nunca y eso me pone muy feliz no solo por Lexie sino también por mi hija.
Tomé una foto que siempre tengo en mi escritorio y me quedé observándola por varios minutos.
En ella estaba yo en mi sillón con Isabella en mis piernas dándole de tomar su biberón ya que Sara no quería amamantar porque decía que dañaría su estética.
Se la veía tan pequeñita a mi bebé y ahora es toda una niña grande, me asusta lo rápido que crece pero más allá de todo sé que será algún día una mujer estupenda y desde ya estoy orgulloso de ella; lo que me recuerda que debo ir a comprar el perro como su regalo, no sé como hará pero si se comprometió a cuidarlo entonces confiaré en su palabra.
A la hora del almuerzo recibí un llamado de la enfermera del psiquiátrico para comentarme como iban las cosas, ya que desde su desaparición no había tenido noticias.
-Buenos días Sr. Tuner.
-Buenos días.
-Llamaba para comentarle el estado de su hermana.
-¿Y bien?
-Su hermana ha mejorado mucho, desde que volvió no ha tenido ningún ataque ni regresión. Las continuas visitas de su amigo ayudan mucho y a ella le hace bien para distraerse y divertirse un rato. Se la ve más animada y receptiva.
-Eso se escucha bien.- Dije soltando un suspiro aliviado.
-Es bueno Sr. Turner, es bueno. Ya verá.
-Gracias por haberme informado.
-No hay de qué. Nos mantendremos en contacto.
-Por supuesto.
-Hasta luego.
-Adiós.
Corté aliviado luego de las buenas noticias de la enfermera y fui hasta la cocina para comer algo.
Al llegar me encontré a Lexie tratando de llegar a uno de los estantes para agarrar café.
Me coloqué detrás de ella pegando mi cuerpo al suyo y tomando el café del estante susurré en su oído:
-¿Buscabas esto?
-¡Mark!¡Me asustaste!- Dijo sobresaltada.
-Lo siento.- Dije besando su cuello.
-Auch.- Dijo quejándose de dolor.
-¿Te duele?
-Un poco.
-Voy a matarlo.
-Ya no quiero tocar ese tema Mark.
-Si tienes razón.
Tomamos asiento en una de las mesas mientras yo comía y ella tomaba un café con tarta de chocolate obviamente.
-Debo comprar el regalo de Isabella podrías acompañarme.- Dije.
-¿Qué vas a comprarle?
-Un perro.
-¿Un perro? Es una responsabilidad enorme.
-Lo sé, lo mismo le dije a Bel pero está encaprichada.
-Me la imagino.- Dijo riendo ampliamente.
-Me gusta verte así.- Ella se sonrojó.
-¿Así cómo?
-Riendo.
-Ya deja de decir esas cosas.
-Está bien, está bien.
-¿Ya tienes tu traje de super héroe?
-Estoy en ello.
-Yo también, no puedo creer que me hayas arrastrado a hacer eso.
-Todo sea por Bel. ¿Qué te parece si mañana hacemos un picnic a la tarde?
-Mark, debemos trabajar.
-¿Te olvidas que soy tu jefe?
-No, pero si mal no recuerdo mi trabajo cuelga de un hilo y no puedo permitirme salir antes.
-Claro que sí y si tanto te preocupa diré que tenemos reunión.
-Dios Mark, vamos a terminar los dos de patitas en la calle.
-Créeme que no.
-Eso espero.
-Bien, señorita ocupada voy a terminar los papeles. Te llevo luego a tu casa ¿si?
-No es necesario Mark.
-Por favor Lex, no quiero discutir.
-Está bien, de acuerdo.
-Mucho mejor.
Aliviado volví a mi oficina para dedicarme a tener adelantado los contratos y poder irme con Lexie temprano y llegar a tiempo para buscar a Isabella a la escuela al día siguiente.
Cuando la tarde llegaba dejé todo listo, tomé mis cosas y fui hasta la oficina de Lexie para ver si ya estaba lista. Al entrar la vi en sostén junto a la puerta, con su pequeña falda y tacos, intenté contenerme pero simplemente no pude.
La tomé por el brazo y devoré sus labios hambriento de ella. Repartí caricias por su cuello maltratado al mismo tiempo que dejaba besos en aquella zona. La llevé contra el escritorio y empujé mi sexo contra el suyo para que notara como me estaba poniendo.
Ella tomó mi miembro y comenzó a masajearlo de arriba a abajo, llevándome a la locura. Se deshizo de mis pantalones y se arrodilló en el suelo. Cuando su boca recibió mi miembro creí ver las estrellas, ella comenzó a succionar como si desde siempre lo hubiera hecho. Cuando estaba a punto de correrme la alejé, tiré todo lo que se encontraba en el escritorio y rompiendo sus braguitas me introduje en ella que ya estaba muy húmeda.
-Dios Mark, más rápido.- Dijo ella.
-¿Qué quieres mi ángel?
-Duro y rápido.
-Como tú digas.
Comencé a embestirla cada vez más fuerte y rápido, acelerando mis movimientos y llevándonos a ambos al borde de la locura.
Luego de un par de minutos no aguantamos más y nos liberamos al mismo tiempo quedando desplomados sobre el escritorio.
-He cumplido mi fantasía.- Dije.
-Puedo decir que yo también.- Ambos reímos.
-Por cierto...¿qué es lo que hacías en sostén?
-Me había manchado la camisa con café.
-Bendita camisa.
Luego de que se cambiara y arreglara en el baño fuimos hasta el auto y la llevé a su casa, después de asegurarme de que entrara fui hasta el jardín para buscar a Bel.
-Hola mi cielo.- Dije al verla.
-Hola papi.
-¿Cómo te ha ido hoy?
-Bien, la nueva maestra es muy buena.
-Me alegro cariño.
-¿Podemos invitar a Jim a casa hoy papi?
-Bel, ya estás demasiado tiempo con Jim acabas de verlo espera hasta mañana.
-Pero papi...-Dijo haciendo un puchero.
-No Bel, mañana lo verás.
-De acuerdo.- Dijo frunciendo el ceño y cruzándose de brazos, me causaba risa su actitud pero no podía reírme en ese momento que quería demostrar mi firmeza. No es que no me agrade el niño pero creo que el tiempo que pasan juntos es más que suficiente.
Al llegar a casa seguimos con la rutina, un baño, comida y a la cama. Al día siguiente, luego de haberme puesto en contacto con un detective para que siguiera a Sara, dejé a Bel en la escuela y yo fui a la empresa.
Cuando llegué ella ya estaba allí trabajando por lo que supuse que sería su hora extra ya que sabía que la sacaría de allí fuera como fuera.
Nos saludamos con un beso desde lejos, yo me metí en mi oficina a trabajar.
El día se me hizo eterno contando los minutos para sacar a Lexie de la empresa. Al principio volvió a resistirse pero al ver que yo no cambiaría de idea dejó que la llevara.
-¿A dónde vamos?- Dijo una vez dentro del auto.
-A un lugar que te encantará.
-¿Lejos o cerca?
-Que impaciente eres mujer, ya verás.
Cuando llegamos Lexie quedó impresionada por la belleza de la naturaleza del lugar y yo me deleité con su enorme sonrisa.
-Mark este lugar es precioso.
-Lo es, ¿verdad?
-Sí, ¿sueles venir seguido aquí?
-Cuando necesito un tiempo solo o con Bel.
-Me encantaría venir un día con ella aquí también.
-Seguro.- Dije sonriendo.
Colocamos una manta en el césped para poder sentarnos y saqué del auto la cesta con comida.
-No puedo creer que hayas traído tarta de chocolate Mark.- Dijo al abrir la cesta.
-No podía olvidarme.
-Gracias.- Dijo besándome.- Aunque a este ritmo con todas las tartas que vengo comiendo saldré rodando colina abajo.- No pude evitar reírme por su comentario.
-Con el cuerpo que tienes mi ángel, lo dudo.
-¿Ah si, y cómo es mi cuerpo?
-Perfecto.- Dije esta vez depositando un beso en su hombro.
-Gracias por todo esto Mark.
-No debes agradecérmelo, lo hago porque sé que es bueno para ambos.
-Sí, necesitaba un momento lejos de todo.
-Lo supuse.
-¿Has sabido algo de Sara?
-Lex...
-¿Qué?
-Te traje aquí para que no pensaras en nada.
-Sí, tienes razón.
-De todos modos estoy en ello aunque aún no hay noticias.
-Bien.
-Cierra los ojos.
-¿Qué?
-Recuéstate en la manta y cierra tus ojos.
-De acuerdo...
-¿Qué sientes?- Dije una vez que cerró los ojos.
-Paz, el viento soplando en mi cara, tranquilidad.
-Bien, y ¿qué ves?
-¿Nada?
-Eso es lo que sería mi vida sin ti Lex.- Dije besándola. Una lágrima se escapó por su mejilla.
-Mark...
-Lo siento debía decirlo Lex, pusiste mi mundo de cabeza y si te perdiera ya no sería lo mismo.
-Puedo decir eso también, yo me había resignado Mark mi vida estaba acabada pero llegaste tú con tu sonrisa brillante y cambiaste todo.
-Me alegra haberlo hecho.
-Y a mi también.
Pasamos la tarde entre besos y abrazos, cuando se hizo la hora de buscar a Bel levantamos todo y conduje hasta su casa primero para luego ir al jardín por mi pequeña.
-¿Cómo estuvo el picnic papi?
-Muy bien pequeña, Lexie quiere ir contigo un día.
-Siii.
-¿Después de tu cumple?
-Sii. ¿Vendrá Lexie a mi cumple papi?
-Claro que sí princesa.
-¡Iupi!
Llegamos a casa y mientras Bel se daba un baño yo fui hasta la cocina a preparar la comida para ambos.
No habían pasado más de diez minutos cuando mi teléfono sonó.
-¿Diga?- Dije sin mirar la pantalla.
-¿Sr. Turner?
-Sí, él habla.
-Lo llamo desde la comisaría, soy William Hachem y hoy tuvimos que detener a su sobrina por consumir drogas en la vía pública.
-¿¡Qué!?
-Así es, la joven se encontraba con un muchacho. Por ahora están detenidos y voy a necesitar de su presencia como tutor legal.
-De acuerdo. Ya mismo voy.
-Lo espero.
Perfecto. Lo que me faltaba. Ahora mi sobrina en las drogas. Confié en Lexie, le pregunté si estaba segura de él y así responde.
Antes de ir con la policía necesitaba aclarar este asunto.
Fui hasta su casa pero nadie respondió, al principio me asustó el hecho de que nadie contestara pero luego supe a dónde debía dirigirme. La piscina.
Conduje lo más rápido que pude y al llegar me bajé inmediatamente del auto.
Caminé con paso firme hasta ella. Lexie no se percató de mi enfado y al verme solo dijo:
-¿Qué haces aquí? Si quieres puedes unirte.
-Oh, sería buena idea pero no puedo porque debo ir a la comisaría a buscar a mi sobrina detenida por consumir drogas en la vía pública con un joven.- Dije irónicamente.
-¡Oh por Dios!
-Eso mismo digo yo ¡Oh por Dios! Confié en ti Lexie, te pregunté si estabas segura de él y me dijiste que sí, mira el camino que ha tomado Christine.
-Mark yo...
-¿¡Tú qué!?
-No sabía que estaban metidos en eso.- Dijo llorando.
-Ya es tarde Lexie, debo irme solo quería que lo supieras y por favor no llores, si hubieras pensado las cosas todo esto no sería necesario.
Me fui indignado y volví a montarme en mi auto. Odiaba la situación. Odiaba ver que mi sobrina siguiera el camino de sus padres, odiaba que me haya mentido, odiaba que Lexie fuera cómplice, odiaba que ella también me haya mentido y sobre todo me odiaba a mi por no controlar la situación y haber arruinado las cosas con Lexie.