Los nervios me carcomían por dentro, Mark no para de darme sorpresas constantemente. Me fascina que tenga tantos detalles conmigo, que se preocupe por mí, que me atienda y busque sacarme una sonrisa siempre y en todo momento, es algo que realmente admiro. La paciencia que tiene conmigo es increíble, creí que perdería los nervios al instante con mi carácter, sin embargo, aquí estamos.
Tomé su mano libre y la acaricié, él miro hacia nuestras manos unidas y luego sonrió hacia mi.-Mira por donde conduces.- Dije con el rostro serio.
-Lo siento, tú eres la culpable de que me distraiga.
-Entonces ya no lo haré.- Quité mi mano enseguida.
-No, no la quites. Yo me concentro pero no la quites.
No pude evitar sonreír como boba por sus palabras y volví a colocar mi mano sobre la suya como se encontraba hasta hace unos pocos segundos.
-¿Se puede saber a dónde vamos?
-Te dije que era una sorpresa.
-Vamos, ¿qué te cuesta decirme?
-Ya basta. Dije que no.
-¿Quizá podría hacer algo para convencerte?- Dije con tono pícaro.
-Primero que nada no te atrevas a jugar conmigo de ese modo y segundo vas a arruinar tu sorpresa.
-De acuerdo. Está bien.
Luego de unos cinco minutos se detuvo en una esquina lo que me pareció sumamente extraño ya que la cuadra estaba llena de casas.
-¿Que hacemos aquí?
-Bajaremos aquí porque no podré estacionar luego.
-¿Mark a dónde me llevas?
-Eres pésima para las sorpresas mujer.
-Que quieres que haga, tanto misterio me da intriga.
-Vamos, así dejas de hacer tantas preguntas.
Caminamos lo que habrán sido unas dos cuadras, nunca había caminado por estas calles por lo que mi sentido de orientación era nulo.
Luego de haber caminado tres cuadras más, doblamos a la izquierda y las luces me cegaron. Ahora ya lo sabía. Mark me había traído a Winter Wonderland en Hyde Park.
-¿Qué hacemos aquí? No estoy para juegos Mark.
-Shhh, no arruines las cosas. No te traje para jugar. Acompáñame.
Nos desviamos del camino y Mark me llevó a un simple restaurante, parecía pequeño y viejo. Jamás hubiera pensado que Mark me llevaría a un lugar así aunque sinceramente no me importa en lo más mínimo.
-Hola, Carl.- Dijo Mark abrazando calurosamente a un hombre muy mayor que se encontraba barriendo en la entrada.
-Mark, hijo. Hace mucho tiempo que no te veo por acá. Mira lo viejo que estas. ¿Ella es tu esposa?
-No...ella...ella...es...
-Soy Lexie Clark. Mucho gusto.- Dije fulminando con la mirada a Mark, pero no lo culpaba ¿qué se suponía que debía decir? Nuestra relación no estaba definida. Incluso, ¿era una relación?
-El gusto es mío, señorita.- Dijo besando mi mano.- Pasen, ya les preparo la mesa.
Subimos por unas escaleras hasta llegar a una azotea, mi mandíbula se abrió completamente al observar las vistas de Hyde Park en todo su esplendor.
-¡Por Dios Mark!¡Esto es increíble!¡No tengo palabras!
-Solía venir siempre a comer aquí y a distraerme para no tener que escuchar a mis padres, Carl, el hombre de la entrada fue muy protector conmigo durante mi niñez. Eres la primer mujer que traigo aquí.- Dijo abrazándome por detrás.
-¿Y eso por qué?- Dije girando para poder mirarlo.
-Porque me inspiras confianza, quería que conocieras un pedazo de mí.
-Gracias.- Dije acercándome para abrazarlo. Quería congelarme en ese instante, abrazada a Mark con una vista increíble en la que el tiempo y espacio no importaba, los problemas desaparecían automáticamente en sus brazos.- Ojalá este momento fuera eterno.
-¿Te gustaría?
-¿Lo dije en voz alta?
-Sí, mi ángel.- Dijo besando mi cabeza.- Pero responde, ¿te gustaría?
-Sí.
-Entonces ya no le des más vueltas, no me dejes, avancemos.
-Despacio Mark, vengo llevándolo bastante bien. No lo estropeemos.
-Lo siento. Es que me aterra que vayas a cambiar de un momento a otro. Quiero tenerte a mi lado, y la sola idea que te alejes de mí me vuelve loco.
-No te lo puedo asegurar Mark, pero hoy por hoy puedo decirte que no quiero alejarme de ti.
-Bien, con eso me basta. ¿Tomamos asiento?
Nos sentamos en la mesa, mientras esperábamos que Carl nos trajera la especialidad de la casa.
-Aquí está la comida jovencitos. Espero que la disfruten.
-Gracias Carl.
-No hay de que, buen provecho.
El plato olía delicioso, la pasta caliente y con muy buena pinta deleitaba mis ojos.
-Era lo que siempre pedía cada vez que venía. Quería una comida casera y caliente, Carl siempre me preparaba pasta.
-Eso es muy dulce.
-Ya, no quiero parecer dulce. Quiero parecer sexy e irresistible.
-Ya lo eres.- Dije inconscientemente mientras probaba un bocado de la comida.
-Así que a Lexie Clark le parezco sexy e irresistible....
-Yo...yo...yo no quise decir eso.
-Tranquila Lexie, no tengas miedo de decir lo que tienes rondando en tu loca cabecita. Creo que eres exorbitantemente sexy, puramente hermosa, simplemente única y no me importa decirlo. Conmigo no necesitas mantenerte a las reglas, quiero que entiendas eso. Quiero que puedas soltarte y volver a ser tú misma.-Me sonrojé automáticamente por su comentario y bebí un trago de vino.
-Me cuesta pero lo intento.
-Lo sé, mi ángel.
La noche iba de maravilla, nuestras risas resonaban en la azotea, las luces de las velas y la luna creaban un ambiente único y la compañía de Mark no podría ser mejor. Descubrí que es sumamente protector con su hija hasta el cansancio, estuvo prácticamente una hora hablando de Jim, también descubrí que no ha estado con otra mujer luego del divorcio, y descubrí su lado cómico que hizo que varias lágrimas se derramaran por mi mejilla debido a la risa. Este era Mark Turner. Un hombre de los que ya no hay.
Luego de que comimos el postre, que por cierto fue una tarta de chocolate exquisita, nos quedamos un rato más contemplando la vista.
-¿Sabes que podemos venir cuando quieras?
-¿Me traerás?
-Por supuesto e incluso si quieres venir por tu cuenta Carl no tendrá problema.
-Me gusta eso.
-Falta otra parte de la sorpresa.- Dijo de un momento a otro.
-¿Aún hay más?
-Claro, la noche recién empieza.
-De acuerdo, andando.
-Así me gusta, sin tantas preguntas.
Puse los ojos en blanco y bajamos a la planta baja del restaurante.
Nos despedimos de Carl, prometiéndole volver muy pronto nuevamente y traer a Isabella para que pueda conocerla. No paró de reprocharle a Mark toda la noche el hecho de no haberle presentado aún a su hija después de tantos años que se conocen.
Mark retomó el camino por el que veníamos entrando a Winter Wonderland y me tomó por la cintura para animarme a avanzar.
-Dije que no estaba de ánimo para juegos Mark...
-Tranquila, no es un juego quiero mostrarte algo. Vamos.
Tomó nuevamente mi mano y nos dirigimos hasta la rueda giratoria.
-Dos, por favor.- Le dijo Mark al encargado.
-Mark, le temo a las alturas.
-Tranquila, ¿confías en mí?
-Sí.- Salió automáticamente de mi boca, ni siquiera pude pensarlo, sólo dije sí.
-Entonces no hay nada que temer.
Tomamos asiento en una de las sillas, nos colocaron los cinturones y la rueda comenzó a girar mientras sentía como la pasta y la tarta se removían en mi estómago.
-Mark...no puedo...me da miedo.
-Shh, mírame.
Conecte mis ojos con su azul profundo y me sumergí en ellos.
-Eso es, tranquila.- Dijo- Te traje aquí porque quería que contemplaras lo hermosa que es la ciudad de noche, un día me dijiste que te habías encerrado todo este tiempo y conociste muy poco de Londres, mi intención es que vayas conociendo los lujos que te perdiste, ya sea la pasta de Carl o esta hermosa vista. Anímate a mirar.
Apreté su mano con todas mis fuerzas y desvíe la mirada hacia fuera de nuestra silla. La imagen que tenía frente a mis ojos me dejó impactada, las luces brillando debajo de mis pies, las personas como pequeñas hormiguitas, las estrellas brillando, simplemente mágico e inolvidable.
-Dios...Mark...esto es increíble.- Las lágrimas que corrían por mi mejilla eran producto de una mezcla de emociones.
-Lex, ¿estás bien?
-Sí, es que todo esto es tan hermoso que parece irreal.
-Es muy real mi ángel, es tan real como nosotros.
-Hiciste bien en convencerme.- Le dije sonriendo.
-Te lo dije. ¿Me devuelves mi mano?- Sin darme cuenta tenía su mano firmemente agarrada al punto que estaba cortándole la circulación, rápidamente la solté.
-Oh, lo siento.
-No hay problema mi ángel.
Pasó su brazo al rededor de mi cuello y nos quedamos contemplando la ciudad por varios minutos hasta que la atracción llegó a su fin. El encargado volvió a ayudarnos y salimos del parque.
Caminamos por una media hora más por los alrededores admirando la vista y viendo a la gente pasar.
-Gracias Mark.
-No tienes nada que agradecerme, lo he pasado muy bien y ver tu sonrisa toda la noche es lo único que necesitaba. Gracias a ti.
Lo tomé por el cuello y lo atraje hacia mi para besarlo, extrañaba sentir sus dulces labios y su sabor. Enredé mis dedos en su pelo para tener más contacto con él y cuando este ya se nos estaba yendo de las manos decidimos parar. Luego de montar semejante espectáculo en la calle volvimos a su auto y condujo hasta casa, entre bromas y cantos desafinados de su parte. Cuando llegó a la puerta le dije:
-¿Quieres pasar?
-No, está bien. Chris debe estar durmiendo y yo debo ir por Bel.
-De acuerdo, gracias de nuevo Mark.
-Shh ya ni lo digas, descansa mi ángel.
-Descansa Mark.
Nos dimos un casto beso y entré a mi casa. Me sentía como una colegiala al cerrar la puerta y suspirar. Todo estaba oscuro en el living por lo que prendí una lámpara para no tropezar con ningún mueble.
-Bonitas horas de llegar.- Dijeron dos voces al unísono.
-¡Por Dios!¡Quieren matarme de un ataque al corazón!- Dije mirando a Jack y Christine que estaban en pijamas en el sillón.- ¿Se puede saber qué es lo que están haciendo? Tú deberías estar durmiendo jovencita.
-Ay Lex, es viernes no tengo colegio mañana puedo acostarme tarde. Jack vino a visitarte pero tú te habías ido así que lo invité a cenar y luego dijo que se quedaría a dormir, de eso no me hago responsable.- Dijo levantando las manos en el aire en señal de rendición.
-Ya deja de armar escándalo mujer, tienes mucho que explicarme.- Dijo Jack, guiñándome un ojo.
-Esa es mi señal de salida, buenas noches.
-Buenas noches, Chris.- Dijimos mi amigo y yo al mismo tiempo.
Dejé mi bolso a un lado con mi tacones, y me senté junto a Jack en el sillón.
-¿Y bien?- Dijo
-¿Y bien qué?
-¿Cómo y bien qué?¿No vas a contarme que sales con tu jefe y por fin me has hecho caso?
-No salgo con él.
-Oh no claro, solo te trajo del supermercado a la una de la mañana. Vamos, Lex. Suelta.
-Está bien, le di la oportunidad para conocernos.
-¿Y que más?
-No seas mal pensado, nada más allá de los besos.
-Que aburrida eres.
-Di lo que quieras pero así estoy bien.
-Sólo bromeo, me pone muy feliz que te des esta oportunidad de tener una nueva vida y avanzar.
-Gracias por tus consejos, ayudaron mucho.
-Obviamente, de lo contrario no tendría derecho a ser tu amigo.
-Por otro lado...¿qué tal Mel?
-Asombrosamente mucho más receptiva, ¿tú no habrás tenido algo que ver con eso cierto?
-¿Yo? Por supuesto que no.
-Sí...claro...- Dijo entrecerrando los ojos.
-¿Quedaron para salir?
-Algo mucho mejor, viajaremos a Francia el martes por la mañana.
-¿Estás de broma?
-Claro que no.
-¿Y cuándo rayos pensaban decírmelo? Voy a matarla.
Sin importarme nada tomé el teléfono y marqué el número de mi amiga.
-Si....- Dijo una muy adormilada Melissa.
-¿Se puede saber cuando jodidamente ibas a decirme que te vas a Francia el martes?
-Lex, ¿quieres quitarme la audición? Me has dejado sorda. En primer lugar quise contarte pero al parecer ese modelito que tienes por jefe no te deja suelta ni un minuto.
-Yo...
-Si, lo que imagine. Ahora si no te importa, ya que son la una y media de la madrugada me gustaría dormir si no es mucho pedir. Te llamo mañana.
-Lo siento. Adiós.
-Descansa Lex.
Dejé el teléfono y volví a mi lugar.
-¿Y?- Dijo Jack.
-La he despertado.
-Oh eso seguro cariño, la gente suele dormir de noche. Cosa que deberías hacer.
-Sí, tienes razón. Ya estoy muy cansada.¿Te quedas a dormir?
-Sí, ya veo. Chris tiene el cuarto de huéspedes. Usa el sillón.
-Pero puedo dormir contigo.
-Ya no...
-No me vayas a decir que es por el jefecito, Lexie Clark.
Salí disparada hacia mi habitación para no tener que contestar.
-Ven aquí, ya mismo.- Gritaba debajo de las escaleras.
-Shhh, cállate. Chris duerme.
Lo escuché resoplar y luego todo volvió al silencio. Fui a mi habitación, me duché rápidamente y me metí directamente en la cama donde caí en un profundo sueño.
Nuevamente me encontraba en la habitación de mi hija, las cortinas bailaban producto de la brisa que entraba y Charlotte se encontraba durmiendo en su cama, envuelta entre las sábanas. Me acerqué para besar su cabeza, ritual de cada noche, pero al quitarle la manta de la cara volvía a ver Isabella, que decía:
"No te des por vencida, búscame mami"
Desperté sudada y sobresaltada, llorando desconsoladamente, tener que soportar estos sueños viene aniquilándome poco a poco. No los entiendo y me dejan devastada.
-Lex, que ocurre ¿está todo bien?- Dijo Jack entrando a toda prisa en mi habitación.
-Yo...no...
Y volví a llorar pero esta vez en sus brazos.
-Shh, tranquila Lex.- Dijo acariciando mi pelo.
-Solo quiero a mi hija, maldita sea. ¿Es mucho pedir?...¿Por qué tuvo que ser ella?...¿Por qué me pasó a mí?...¿Por qué no puedo tener a mi hija conmigo? Se fue tan pronto de mi vida... Tenía toda una vida por delante, un futuro y se lo quitó. Le quitaron la posibilidad de vivir...- Dije tratando de captar un poco de oxígeno.
-Lex, espera un segundo. Vas a ahogarte, respira.- Hice caso a lo que dijo y trate de hacer una respiración profunda.- Eso, así. Bien.
Me sostuvo en sus brazos por un rato y luego se animó a preguntar:
-Ahora, ¿vas a decirme que ocurrió?
-Estoy teniendo sueños en los que creo ver a Charlotte pero resulta ser la hija de Mark.
-Ya veo...mira Lexie, creo que ya te lo he dicho mil veces pero si lo necesitas serán mil y un veces. Charlotte no está a tu lado, eso es verdad, doloroso pero es la verdad. No la ves físicamente pero puedo jurarte que está aquí contigo. Ella no se ha ido a ningún lado, ella está aquí enojada porque su mamá llora y no intenta pasar de página para ser feliz. Siempre será tu bebé Lex, pase lo que pase. Ahora, esos sueños que tienes creo que deberías analizarlos. Tú quieres a tu hija físicamente, eso es naturalmente imposible, tienes la posibilidad de hacer feliz a una niña que no tiene madre prácticamente, puedes hacer con ella todo lo que no has podido hacer con Charlie. ¿Por qué no le das una oportunidad a ella también?
-Lo intento, Jack. Juro que lo intento, pero no es lo mismo.
-Por supuesto que no, no puedes compararlas pero puedes llenar un poco el vacío de tu corazón.
-Lo sé, es que es tan díficil.
-Por supuesto que sí señorita, ¿quién dijo que lo bueno sería fácil?
-Soy una idiota por llorar así, ¿verdad?
-No Lex, está bien si necesitas desahogarte. Siempre estaré para ti.
-Gracias.
-No agradezcas. Ahora ve moviendo esas patitas de pollo que iremos a correr.
-No tengo patas de pollo.
-Lo que tú digas...-Dijo saliendo de mi habitación.
Un amigo como Jack no tiene precio, logra sacarme una sonrisa aún en mis momentos más miserables. Me di una ducha para quitarme el sudor y despejar un poco mi cara que de tanto llorar había quedado roja e hinchada. Me quedé más tiempo de lo debido debajo del agua analizando las palabras de mi amigo. Sé que Isabella no tiene la culpa de mi trato hacia ella, pero tomaré el consejo e intentaré pasar más tiempo junto a ella. De alguna manera tengo que superar mis traumas con los niños.
Terminé de bañarme y me puse ropa deportiva. Bajé a la cocina y allí estaban Chris y Jack desayunando. Ella me miró con una expresión compasiva, quizá porque habrá escuchado mi conversación con Jack o él le habrá contado.
-¿Irán a correr?- Preguntó en cuanto me serví una taza de café.
-Sí, ¿quieres venir?- Respondí.
-No, gracias. Ya bastante tengo con el deporte de la escuela.
-Te entiendo. Yo solía decir lo mismo a tu edad.
-Y por eso tienes patas de pollo.- Dijo Jack.
-Y por eso tienes patas de pollo.- Dijo Jack.
Los tres reímos, y terminamos el desayuno. Antes de salir de casa decidí llamar a mamá para confirmar que nos veríamos el domingo para almorzar, su vuelo saldría en la noche y quería pasar el mayor tiempo posible junto a ella.
-Hola mamá.
-Hola hija, ¿cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Bien, con algunos dolores en mis piernas pero es normal.
-Descansa bien mamá.
-Lo sé, hoy haré reposo.
-Escucha, llamaba para preguntarte si quedamos para almorzar con Mark mañana.
-Sí, por algo retrasé el vuelo.
-Está bien, le avisaré luego a Mark.
-Perfecto, muero por conocerlo.
-Y yo rezo para que no lo espantes.
-No digas tonterías.
-Es la verdad. Ma, debo dejarte voy a ir a correr con Jack.
-Te dejo entonces, mándale un beso grande de mi parte.
-De acuerdo. Adiós ma. Te quiero.
-Y yo a ti. Adiós, cariño.
Con Jack nos colocamos las zapatillas y salimos a correr.
-Hola mamá.
-Hola hija, ¿cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Bien, con algunos dolores en mis piernas pero es normal.
-Descansa bien mamá.
-Lo sé, hoy haré reposo.
-Escucha, llamaba para preguntarte si quedamos para almorzar con Mark mañana.
-Sí, por algo retrasé el vuelo.
-Está bien, le avisaré luego a Mark.
-Perfecto, muero por conocerlo.
-Y yo rezo para que no lo espantes.
-No digas tonterías.
-Es la verdad. Ma, debo dejarte voy a ir a correr con Jack.
-Te dejo entonces, mándale un beso grande de mi parte.
-De acuerdo. Adiós ma. Te quiero.
-Y yo a ti. Adiós, cariño.
Con Jack nos colocamos las zapatillas y salimos a correr.
Él suele superarme en velocidad por lo que alrededor de unos diez minutos después de haber salido de casa ya le había perdido el rastro.
Venía trotando por una calle tranquila cuando me topé con una mujer a la que no había podido ver desde lejos. Cuando levanté mi vista me encontré con Amy, la hermana de Mark.
-¿Amy?¿Qué haces aquí?
-Lexie, ¿cierto?
-Sí, ¿qué haces afuera?
-Me di un respiro, me tenían cansada de tantos pinchazos y medicamentos necesitaba una noche de copas.- Eso parecía, su aspecto y olor era nauseabundo. Debía llevarla con Mark lo antes posible.
-Vamos.
-¿A dónde?
-Con Mark.
-Ah no bonita, claro que no.
-Debes volver, Amy.
-Escúchame, no sé quién crees que eres pero a mí me dejas en paz. Te creerás que puedes hacer el rol de mami o mujer perfecta pero a mi me dejas en paz. ¿Entendido?
No me gasté en contestarle y le envíe un mensaje a Mark.
"Amy se escapó del psiquiátrico. La encontré en la calle. Ayúdame, por favor"
Su respuesta llegó inmediatamente:
"¿Dónde están?
Tenia que idear un plan, ella no se quedaría a mi lado por mucho más tiempo.
"La llevaré hasta el bar que está en frente de la empresa"
Al menos allí me seguiría.
"Perfecto, las espero ahí. Ten cuidado"
Debía ponerme manos a la obra.
-Amy, me recomendaron un bar que dicen que es de infarto. Tienen los mejores tragos de Londres.
-¿Y ahora me lo dices? Vamos, andando.
Sonreí satisfecha, el plan iba funcionando. La llevé de la mano todo el trayecto para evitar que se me escapara hasta que finalmente encontré el auto de Mark. Él se bajó del auto y preocupado caminó hasta nosotras.
-Maldita, zorra mentirosa. Me has engañado.
-¡Basta Amy!
-Y tú, tú también maldito. Quieren meterme en ese lugar inmundo encerrada como una delincuente. Desgraciados.
La ambulancia llegó afortunadamente en el mismo instante que empezó a perder los nervios y rápidamente la sedaron y llevaron al psiquiátrico.
Cuando Mark y yo nos quedamos finalmente solos en la calle, él suspiró y me abrazó.
-Lo siento. Siento por lo que tuviste que pasar. Gracias de verdad Lex. Sé que ya pasaste por mucho y sin embargo no tienes problema en ayudarme.
-No es nada, ¿estás bien?
-Sí, sólo que todo esto me estresa. No quiero ver a mi hermana en ese estado. Es deprimente.
-Lo entiendo.- Dije bajando la cabeza.
-¿Tú estás bien?- Dijo levantando mi barbilla.
-Sí, ¿por qué?
-Si estás mal por algo ¿me lo dirás?
-Sí, Mark. ¿Qué es lo que ocurre?
-Nada, solo quiero que te sientas libre para contarme lo que sea cuando te sientas mal.
-Está bien Mark.
-Vamos, ¿te llevo a casa?
-Sí, quiero bañarme y Jack debe estar preguntándose donde me metí.
-¿Jack?
-Sí, habíamos salido a correr.
-Ya veo...
-No empieces.
-Yo no he dicho nada.
-Ya...
Mark me dejó en casa y se quedó a almorzar con Chris y conmigo para explicarle lo ocurrido y dejarla tranquila, también nos avisó que Jacob pasaría a buscarla en la mañana. Lo que nos dejaba poco tiempo para preparar sus maletas. Poco después de que se marchara Mark, Jack volvió.
-¿Se puede saber dónde rayos te habías metido? Tuve que preguntarle a media ciudad por tu paradero.
-Lo siento, hubo un problema con la madre de Chris.
-Oh, lo siento. ¿Está todo bien?
-Sí, ahora si.
-Me alegro. Escucha, Frank me ha llamado porque no contestas tu teléfono. Dice que quiere quedar contigo para tomar un café.
-Dile que quedamos en el café de su cuadra en una hora.
-Perfecto, ya le aviso. Lex, yo vuelvo a casa.
-De acuerdo. Chris se irá mañana así que si quieres puedes despedirte de ella.
Jack la abrazo como si la conociera desde hace años, eso es lo que causa Christine, uno se encariña inmediatamente con ella. Se me hará muy difícil no tener su presencia en la casa, la casa volvería a ser solitaria nuevamente. Luego mi amigo se fue y yo me di un baño para ir a encontrarme con Frank.
A las cuatro en punto lo encontré en el lugar que habíamos pactado.
-Hola Lex. Pedí café para los dos.
-Hola Frank. Está bien, perfecto.- Dije besando su mejilla. Tomamos asiento en una mesa fuera del café y Frank comenzó a hablar.
-¿Cómo has estado?
-Bien, un tanto estresada pero bien al fin y al cabo.¿Tú?
-Supongo que bien. Lex, antes que nada te pedí que vinieras para resolver esta situación tensa que se viene dando entre nosotros.
-Sí, ha sido raro. Especialmente cuando entré en la empresa porque esto no ocurría hace un mes atrás.
-Eso era porque no tenía celos.
-¿Celos de quién?
-De Mark.
-¿Y por qué tú tendrías que tener celos de Mark?
-Porque te quiere para él y yo no quiero compartir.
-Pero Frank, somos amigos. ¿De qué hablas?
-¿Cómo no lo ves Lexie?¿No te has dado cuenta de que estoy enamorado de ti? He hecho todo para demostrarlo pero al parecer no fue suficiente. No quiero ser un simple amiguito.
-Lo siento Frank, yo...yo nunca lo pensé. Pero, lo lamento. Te quiero muchísimo pero solo como mi amigo ¿puedes entenderlo?
-¿Qué necesitas Lexie? Enserio, no lo entiendo. ¿Qué tiene él que no tenga yo?
-No se trata de eso Frank.
-¿Entonces que rayos es?- Dijo desesperado.
-Cálmate Frank, creo que es mejor que me marche.
-Escucha Lexie, lo siento. Está bien. No quiero perderte, no quiero que te alejes de mí pero voy a hacer hasta lo imposible para que veas que valgo la pena de verdad.
-Está bien, Frank. Debo irme.
-Adiós.
Desconcertada volví a casa. ¿Desde cuándo Frank era tan agresivo?¿Desde cuándo está enamorado de mi? Si hay algo que no necesitaba en mi vida eran más problemas pero acá están persiguiéndome. Solo espero que las cosas no pasen a complicarse más de lo que ya están.
Volví a casa con un humor no muy agradable, traté de poner mi mejor sonrisa para que Chris no se fuera triste. Sin embargo, ella percibió que las cosas no iban bien.
-¿Qué es lo que ocurre Lex?- Dijo
-Nada.
-Vamos, nos hemos contado todo. Puedes decírmelo. Te he escuchado esta mañana y de tu reunión con Frank has vuelto con un humor de perros.
-¿Cómo haces para saberlo todo?
-Vamos, no cambies de tema.
-Está bien por lo de esta mañana no hace falta que lo repite.
-¿Qué pasa con Bel? Es imposible no quererla, sé que te cuesta pero si estuvieras abierta a la posibilidad de escucharla creo que no tardarías en olvidar ese rencor que sientes.
-Lo sé, sé que es una buena niña. Esto es muy difícil para mi Chris, todo esto es muy nuevo para mí.
-Y lo entiendo, pero no te cierres. Trata de seguir adelante.
-Lo intentaré. De verdad me importa tu tío y si eso implica acercarme a Isabella haré el mayor esfuerzo.
-Eso me gusta.¿Y con Frank?
-Resulta que mi amigo se ha enamorado de mí.
-¡Oh! Si que estás en problemas, si el tío Mark se enterara...
-¡Que no se va a enterar! Esto es un secreto entre nosotras dos ¿entendido?
-Entendido señora. Voy a extrañarte Lexie Clark.
-Y yo a ti Chris. Lo he pasado muy bien contigo.
-Yo también, me gustaría que nos veamos seguido.
-Eso tenlo por hecho.
Dejamos las maletas preparadas en la entrada de casa e hicimos una cena light para empezar a cuidarnos después de tantos excesos durante su estadía, lavamos los platos y pusimos una película romántica para ver, cuando mi teléfono celular comenzó a sonar.
-Diga.- Dije sin mirar la pantalla para ver quién era.
-Lexie...
-¿Mark?¿Qué ocurre?
-Amy. Necesito tu ayuda.
-Dime
-Se ha escapado.
-¿Otra vez?
-Sí, solo que ahora está completamente sola.
-¿Qué puedo hacer?
-¿Podrías venir a casa?
-Sí, por supuesto.
-Gracias. Te espero y te explico.
Tomé mis cosas rápidamente y me excusé con Chris diciéndole que había un problema con Mel. No quería preocuparla hasta que las cosas no fueran seguras. Cuando las cosas parecían complicadas se terminan complicando más.
Hay me parece que no te estas juntando con personas muy buenas!!!
ResponderBorrarDios mio como es posible que nos allas dejado asi!!!
Me has hecho llorar y quiero mas!!!
un Besote mi vida!!
Ya vienen varias diciendo que me estoy portando mal...jaja
BorrarGracias por tu comentario linda!
Beso enorme!
¡hola Barbie! En cada capítulo Mark es aún más perfecto y romántico con Lexie. Poco a poco está consiguiendo romper as barreras que le separaban de Lexie y hacer que ella muestre lo que siente. Parece que todo el mundo está en su contra, cuando por fin tienen su momento parejita feliz, todo son problemas. Frank, Amy, seguro que van a hacer algo para fastidiarlo todo. Es triste como Lexie se sigue atormentando por lo de su hija, supongo que es algo que nunca terminas de superar, pero al mismo tiempo es genial que intente aceptar a Bel.
ResponderBorrarUn capítulo increíble como nos tienes acostumbradas.
Un beso enorme
Hola Sarai,
Borrarcoincido totalmente Mark a pesar de que cometa a veces errores o tenga maneras de ser que choquen con los demás no deja de ser perfecto y romántico. Cuando parecía imposible que Lexie se diera una oportunidad ahora vemos como se va abriendo.
Los acercamientos con Bel cada vez serán más intensos y a la vez una prueba para Lexie que tiene que tratar de superar para poder continuar.
Un beso enorme!
Oh por dios me tienes comiendomelas uñas me intriga saber que esta pasando no puedo simplemente me tienes intrigada....
ResponderBorrarTus comentarios me encantan linda jaja, gracias por tener tanta paciencia y seguir leyendo.
BorrarUn beso gigante!