lunes, 25 de agosto de 2014

Capítulo 17


Lexie

Quedé petrificada en mi lugar luego de que dijera las palabras mágicas "Tú y yo nos vamos a casar". Apenas hace unas pocas horas pude decidirme sobre darnos la oportunidad de conocernos y él ya piensa en el casamiento. Definitivamente voy a enloquecer con este hombre.
-¿Qué ocurre?-Dijo Mark notando mi parálisis.
-Tú...
-¿Es por lo que acabo de decir?- Solo asentí.-Tranquila Lexie, no te lo estoy pidiendo pero estoy seguro de que lo nuestro va por buen camino.
-¿Y qué es lo nuestro?
-Tú me dirás cuando estés lista.
-¿Y si nunca logro estar lista?
-Entonces te esperaré el tiempo que haga falta.
Me acerqué para abrazarlo y apoye mi cabeza en su hombro, un hombre así no se encuentra todos los días y no quiero dejarlo escapar por ser tan terca. El se acostumbró a mi abrazo y acarició mi espalda para tranquilizarme.
-¿Mejor ahora?- Dijo después de un par de minutos abrazados.
-Mucho.
-Me alegro mi ángel rubio.
-¿Qué?
-He decidido que en vez de llamarte por la palabra p te diré mi ángel rubio, así es como siempre te he visto. Mi ángel rubio.
-Es muy largo, ¿por qué no solo Lex?
-Te llamaré Lex y mi ángel. ¿Qué dices?
-Me parece bien, aunque demasiado empalagoso.
-Es lo que hay, aprende a conformarte.
-De acuerdo, si no queda otra opción...
-Ahora pongámonos a trabajar que hay mucho por hacer o mandaré todo al diablo y te secuestraré.
-No es necesario, ya comienzo con los contratos.
Ambos reímos y trabajamos juntos el resto del día no sin interrumpirnos por un par de besos y caricias.

Como cada semana Mark me dejó en casa aunque antes de retirarse pasó a ver a Christine. Tomamos los tres juntos el té y así Mark pudo enterarse de cómo iban las cosas en la escuela ya que él es quien paga sus estudios como tutor legal. La noche caía y él se marchó dándome uno de sus perfectos besos.
Cuando quedamos a solas Chris me atacó a preguntas
-¡Díos mío! Estás saliendo con el tío Mark, son novios, lo sabía. ¿Debo llamarte Lex o tía?. Santo cielo, esto es genial.
-Para Chris, no somos novios.
-Claro y yo soy la mujer maravilla. Vamos, Lex. Si ustedes no son novios hoy, lo serán mañana, los observo cuando están juntos parecen dos adolescentes y mira la cara que tienes después de ese beso que acaba de darte.
-Habló la anciana.
-Yo solo digo lo que veo...
-Bueno, suficiente.
-Hey, no te enojes.
-Lo siento, es que me incomoda hablar de Mark.
-De acuerdo...no toco más el tema, sólo quiero decirte que me gustaría que fueras parte de la familia.
-Gracias por eso Chris.- Dije sonriéndole, iba a echar muchísimo de menos su compañía cuando se fuera- ¿Estás de acuerdo con lo de irte a vivir con Jacob un tiempo?
-Me agrada Jacob, lo veo muy compenetrado en querer ayudarnos y eso me gusta. Hace mucho nadie se preocupaba por ella sacando de lado al tío Mark. Quiero que mamá tenga una vida normal, quiero que pueda disfrutar de la vida, que tenga amigas, que pueda conocer a su sobrina, que disfrute del amor, que me de consejos, simplemente quiero que tenga la oportunidad de ser feliz.
-Te entiendo, es tu madre por supuesto que es lo que quieres para ella y yo creo que con la ayuda de todos ella va a poder salir adelante.
-Eso espero.
-No lo dudes y yo voy ayudar.
-¿En serio?
-Sí, mañana iré a visitarla por la tarde.
-Gracias, Lex.
-Shh ni lo digas.
-En serio me alegra haberte conocido, en todo este tiempo que llevo conociéndote te ganaste un lugar muy importante en mi vida. Eres excelente como persona y no dudo que seas una madre estupenda.
-Pero no lo soy, no soy madre.- Dije bajando la cabeza para contener las lágrimas que no quería derramar.
-Sí que lo eres, tu hija habrá partido. Estará en un lugar mejor, pero eso no quita que haya dejado de ser tu hija. Siempre será tuya.

No aguanté más y solté el llanto que tanto venía conteniendo, Chris vino de inmediato a mi lado y me atrajo en un fuerte abrazo.
-Shh, tranquila, lo siento. No quería hacerte llorar.- Dijo mientras acariciaba mi pelo.
-Lloro de nostalgia Chris, lo que has dicho es hermoso. Este último tiempo la sentí muy presente, la extraño horrores pero sé que no puedo cambiar nada.
-Si puedes, puedes darte la oportunidad de ser feliz nuevamente. Es lo que ella querría como yo lo quiero para mi madre. Te mereces cosas buenas pero no dejas que entren a tu vida, tu hija siempre va a estar contigo. Esté dónde esté me imagino que debe estar sonriendo en estos momentos.
-Gracias por las cosas que has dicho, necesitaba escucharlo de alguien.
-Al menos pude ayudar en algo en mi estadía.- Dijo sonriendo.
-Más de lo que crees.
-¿Vemos una película y pedimos helado?
-Idea perfecta, voy por el número.
Buscamos dentro de la caja de películas alguna comedia que nos levantara el ánimo, después de nuestra charla que involucró tantos sentimientos una romántica nos deprimiría más y tampoco estábamos para ver una de acción o terror. Vaciamos ambos potes de helado y una vez llenas nos fuimos a nuestros cuartos.
Me dormí pensando en lo rápido que venían sucediendo todas las cosas, en lo rápido que venían cambiando mis sentimientos y emociones, en lo rápido que Mark se estaba metiendo en mi vida, y aunque no sepa cómo terminará todo espero que no me traiga más complicaciones.
El calor que siento me despierta, me cuesta abrir los ojos y tener que levantarme. Sonrío por el sueño que tuve en la noche. Uno que muy pronto me gustaría revivir. ¿Quién aparecía en él? Fácil, Mark. Cuando finalmente logro despertarme me doy cuenta que el calor no proviene ni del sol que entra por la ventana ni de mi habitación. 



Sonrío porque al darme la vuelta en la cama veo la imagen de Mark, el sueño me dejó afectada. Sin embargo lanzo un grito cuando descubro que no es nada de mi imaginación. Mark está aquí. En mi cama.
Él se despierta sobresaltado por mi grito.
-¿Qué?¿Qué?¿Qué ocurre?
-¿Qué estás haciendo?
-Oh yo...lo siento. Un pajarito me contó que no estabas muy bien.
-¿Chris te llamó?
-Solo quería que estuvieras bien.
-Y lo estoy.
-¿De verdad?
-Sí, solo que tuvimos una charla muy emocional que me trajo muchos recuerdos.
-¿Puedo abrazarte?
-Mmm...¿si?
-Ven aquí.
Me acurruqué en su cálido pecho, me sentí segura en sus brazos como si perteneciera a él. Sus manos viajaban hacia arriba y hacia bajo por mis brazos, erizando cada centímetro de mi piel. Él me dio un suave beso en la cabeza y dijo:
-Lex, quiero que sepas que puedes contar conmigo. No importa la hora que sea, quiero que estés bien y si algo te entristece quiero que puedas abrirte y hablarlo conmigo. Quiero poder consolarte cuando te sientas mal, estar para apoyarte o incluso si estás aburrida. Lo que sea, siempre que necesites de mí sólo aprietas una tecla de tu celular y listo.
-No sé que decirte sinceramente.
-Que eso es lo que harás.
-Esto es muy nuevo para mí, jamás dependí de alguien.
-No se trata de dependencia sino del hecho de que ahora cuentas con alguien que se preocupa por tu bienestar y quiere pasar contigo el mayor tiempo posible.
-¿Eso es así?- Dije sonriéndole.
-¿Y lo dudas?
-Creo que ya no.
Me aferré más a su cuerpo y cerré los ojos para hacer uso del resto de mis sentidos. Llenarme de su aroma perfecto para conservarlo en mis noches, sentir su suave piel bajo mis manos, escuchar el latido de su corazón repiqueteando contra su pecho, probar el dulce sabor de sus labios en un beso perfecto. Mark me volverá loca, no caben dudas.
-Mark...
-¿Si?
-De verdad quiero que lo nuestro funcione, me haces bien. Estás sanándome de alguna manera y sacas la parte más linda de mí. Hasta hace muy poco tiempo podría haber sido considerada como un monstruo sin sentimientos.- Mark bajó la cabeza y reprimió la risa.
-¿Qué es lo que te causa gracia?
-Era lo que yo pensaba.
-Bueno saberlo.- Dije dándole un puñetazo en su brazo.
-Auch.-Dije pasando su mano sobre el lugar donde recibió el golpe.
-¿Ahora piensas lo mismo?
-Por supuesto que no, pienso que eres una mujer increíble llena de amor que por las injusticias de la vida perdió mucho pero estoy dispuesto a darte todo.
-Ya basta de decirme esas cosas.
-¿Qué cosas?
-Esas cosas tiernas que se te ocurren.
-Es sólo lo que siento, quizás algún día tengas algo lindo para decirme y eso nunca lo voy a olvidar.
-Espera sentado. No va a ocurrir.
-No pierdo las esperanzas.
Desayunamos juntos y nos fuimos hasta la oficina en su auto.

Al llegar, cientos de pares de ojos estaban acechándonos y no pasarían más de unos minutos para que los chismes corrieran por la empresa.
Mark notó mi nerviosismo y tomando control de la situación se dirigió hacia todos los empleados diciendo:
-¿Se les paga por no hacer nada? La respuesta es no, muévanse y trabajen que para eso están aquí.



-Gracias por eso Mark.- Dije susurrándole en el oído.
-No es nada.
-Sí que lo es, sé que no te gusta tratar así a los empleados.
-Era necesario en este caso. Cualquier problema que tengas me avisas, ¿si?
-De acuerdo.
-Perfecto. Te veo después, mi ángel.- Guiñándome un ojo se fue a la oficina.

Antes de comenzar con mi trabajo fui a la cocina a buscar mi jarro de café pero me vi interrumpida por la llegada de Frank.
-¿Qué demonios fue eso?
-¿Qué?
-Esa entradita con el jefe. ¿Te acuestas con él cierto?
-¿Qué?¿Estás hablando en serio? De todas las personas que conozco en empresa eras una de las que menos esperaba que llegara a pensar una cosa así de mí. Veo que me equivoqué contigo. Adiós, Frank.
Tomé mi jarro y salí de la cocina. Frank vino detrás de mí y se aferró a mi brazo.
-Lo siento, lo siento. Soy un verdadero idiota. No quería decir eso. Sé que no lo harías. Fueron los celos.
-¿Celos?- Dije sorprendida.
-Lexie, necesito que hablemos. Pero no ahora. ¿Este fin de semana?
-De acuerdo.
-Lo siento de verdad.- Dijo con cara de tristeza, sólo asentí y él se marchó cabizbajo.

Entré a mi oficina y me sorprendió ver a la ex mujer de Mark sentada en mi silla.
-¿Disculpa?- Dije para que notara mi presencia.
-¡Oh! Al fin llegaste creí que el jefe había dicho bien claro "todos a trabajar" pero parece que tú estás exenta. ¿Te gusta acostarte con él no? Zorra. Solo quieres escalar más alto. Pero escúchame bien rubiecita hueca, Mark es mío siempre será mío, no hay forma de que esté con otra mujer. No me conoces y es mejor que no me conozcas. Manten tus manos fuera de él. ¿Entendido?
-Primero que nada, lo que haga o deje de hacer con Mark no es de tu incumbencia. No sé si estás enterada pero tienes un divorcio firmado querida. He tratado con gente peor, tú no me conoces a mí. No tengo nada que entender. Tengo que trabajar porque yo sí  trabajo duro por mi sueldo. Nada más que decir.
Se levantó hecha una furia y con sus ojos inyectados en sangre dijo:
-No digas que no te lo advertí.
Cerró de un portazo pero sinceramente me tiene sin cuidado, puedo manejar esta situación. El divorcio está firmado por lo que Mark no corre peligro, nunca haría algo que lo afectara.

El resto del día pasó volando. Mark tuvo reuniones continuas durante toda la jornada por lo que no pude verlo. Cuando faltaban cinco minutos para irme tomé mis cosas y llamé al psiquiátrico para verificar que aún podía hacer la visita.
-¿Te vas?- Dijo Mark desde la puerta. Su simple presencia hizo a mis piernas temblar, mi cuerpo se estremece cada vez que lo tengo en frente.
-Sí.
-Te llevo.
-No hace falta, olvidé decírtelo esta mañana pero iré a visitar a tu hermana. ¿Te molesta?
-Por supuesto que no, pero Lex...ya sabes como está ella, quizás no sea lo mejor.
-No hay problema, de verdad necesito hacer esto.
-Está bien, si eso quieres...
-Bien, me voy entonces.
-Escucha todavía me quedan cosas por terminar ¿por qué no vienes a cenar a casa luego del psiquiátrico y me cuentas qué tal fue?
-Puedo llamarte...
-¿No notaste el sarcasmo verdad? Es una excusa, no pude tenerte en todo el día, por lo menos acepta verme unas horas fuera de la oficina.- Dijo frunciendo sus labios como si se tratara de un niño.
-Ya, de acuerdo. Está bien. Te envío un mensaje cuando termine.
-Así me gusta.
Tomé mi bolso y me dirigí hasta los ascensores pasando a de largo a Mark.
-¿Y no hay un misero beso?
-Estaba esperando a que lo pidieras.
Lo atraje con mis manos a mi cuerpo y lo besé como tanto estuve deseando durante el día. Luego con un delicado beso en sus labios me despedí y salí de la empresa.

Tomé un taxi para llegar al psiquiátrico. En la recepción me atendió la misma enfermera que estuvo el día que vine con Mark. Ella se sonrojó al verme aunque no logro entender por qué. Me condujo hasta el parque donde se encontraba Amy y antes de dejarme a solas con ella me avisó que se encontraba lúcida, lo que agradecí internamente.
-Hola Amy.- Dije sentándome a su lado.
-Hola, tu cara me resulta familiar. ¿Te conozco?
-Soy Lexie, trabajo con tu hermano. ¿Recuerdas que fuiste a buscar a Isabella a mi casa hace un tiempo?
-Tengo vagos recuerdos pero creo que sí. De todos modos ahora sé que eres la mujer de la que tanto habla Mark.
-¿Mark te habla de mí?
-Mucho. A veces piensa que estoy dormida y él empieza a contar su día, sólo que se resume en una palabra: Lexie.


-Oh no sabía eso. ¿Sabes que estoy viviendo con Chris?
-¿Qué hace ella ahí? 
-Nos hacemos compañía.- Ella bajó su cabeza y pude ver una lágrima bajar de sus ojos.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Lo siento por ser una madre loca, por ser un asco de persona. Debería ser yo la que le hiciera compañía a mi hija pero no puedo porque en cuanto la tengo cerca me transporto a los momentos de mi embarazo, las duras palizas que me daba mi novio, las veces que me daba de su droga para que dejara de quejarme, las veces que intenté no consumir por Christine pero a pesar de todo algo me ataba a él. Lo amaba. Sabía que había tenido una vida horrible que lo llevaba a hacer cosas que no quería pero lo amaba. Demonios. Me dejó sola.- Me impactó que me contara algo tan personal de ella. Comenzó a llorar desconsoladamente y yo no pude hacer más que abrazarla.
-Tranquila Amy, a todos nos ha pasado algo que nos arruinó la vida. Incluso a mí pero estoy tratando de recomponer los pedazos rotos y tú debes hacer lo mismo y no sólo por Chris, debes hacerlo por ti misma y por ese hombre que te espera afuera.
-¿Quién?
-Jacob.
-¿Jacob?
-Sí, se ve muy interesado en ti.
-Eso es porque siempre fui como su hermana.
-Yo creo que te ve como algo más.
-Eso es porque no lo conoces.
-Quizás no, pero tu te darás cuenta.
Pasamos una tarde agradable, afortunadamente Amy es una persona muy tranquila cuando está lúcida pero no deja de tener un carácter muy fuerte y se nota en su manera de responder. Cuando me despedí de ella le envíe un mensaje a Mark para avisarle de que iba para su casa.

Mark me abrió la puerta apenas había tocado el primer timbre.
-Lexie, antes de que entres mi hija está con un amigo...o eso quisiera yo ¿Crees que podrás soportarlo?
-Si no lo intento nunca lo sabré.
-Eso quería escuchar, vamos.
Cuando me llevó hasta el living los niños estaban jugando con bloques. Los dos voltearon al escuchar mis pasos y se levantaron de sus lugares.
-¿Ella es la novia de tu papá?- Escuche que le decía el niño.
-Sí.
Ambos creían que no podía oírlos pero sus susurros eran claramente audibles.
-Hola Lexie.- Dijo Isabella saludándome enérgicamente con su mano.
-Hola Isabella.- Dije sonriéndole.
-Hola, soy Jim.- Dijo el pequeño.
-Hola Jim.
-¿Eres la novia del papá de Bel?
-No. No lo soy.
-Bel dijo que sí.
-Bueno, no lo soy. Ya está aclarado.
-Quiero que Bel sea mi novia.
-¿No son muy chicos?- Dije sorprendida por el atrevimiento del niño. Mark no estaba a mi lado cuando Jim dijo sus intenciones hacia Isabella. 
-Ella me dijo que sí pero no me deja darle un beso.
-Diuuu Jim no. Yo solo quiero jugar.
-Pero eso no es ser novios.- Le dijo el niño.
-Entonces no quiero ser tu novia.
-Que complicadas que son las niñas. Está bien, sólo seremos amigos.
Me reí por el pequeño drama infantil que habían armado. Mark llegó a mi lado y me dijo:
-¿De que te ríes?
-De estos dos.
-El niño no me cae tan mal, hasta parece bueno.
-Uno nunca sabe...
-¿A qué te refieres?
-Nada. Mejor dejémoslo ahí.
-¿Comemos?
-Claro.
Isabella tomó asiento a mi lado y Mark se sentó junto a Jim. Si alguien nos viera desde afuera creería que somos la familia perfecta pero eso es lo  más lejos de la realidad que existe.
-¿Te vas a quedar a dormir Lexie?-Dijo la hija de Mark.
-No, debo ir a casa con Christine.
-Papi me contó que está en tu casa y mi prima de dijo que se divierte mucho. ¿Puedo quedarme algún día?- Dijo sonriendo.



-Yo...
-Esta bien si no quieres.- Dijo bajando su cabeza, vi la tristeza en los ojos de Mark. Demonios no quería verlo así por mi culpa y sorprendentemente me di cuenta que no quería ver mal a Isabella tampoco, sólo quería ver una sonrisa en su rostro como la que tenía hasta hace unos pocos segundos.
-No he dicho nada. Claro que puedes venir.
-¿En serio?
-Sí.
-Iuuuuuupi. ¿Escuchaste eso papi?
-Sí, princesa.- Dijo mirándome a mí, haciendo mímica con sus labios pude leer un "Gracias".
Una sonrisa apareció en mi rostro, ver que pude hacer feliz a Isabella con unas simples palabras y ver la felicidad en el rostro de Mark, me llenó el corazón y en ese instante supe que estaba avanzando, mi ser frío va quedando poco a poco en el tiempo.

lunes, 18 de agosto de 2014

Capítulo 16

Mark

Después de buscar a Bel al jardín y volver con ella sentí el vacío de no tener conmigo a Lexie en casa, su presencia deja una huella en cualquier lugar al que va y me resulta difícil no pensar en el hecho de que hace unos pocos momentos la tenía a mi lado acurrucada en mi pecho en el mismo lugar en el que me encuentro ahora, solo que se siente demasiado frío en este instante. Ya no hay forma de volver atrás y tampoco hay manera de negarlo, Lexie Clark se está metiendo muy dentro mío, sólo espero que no me destruya porque no sé si tendré la fuerza que se necesita para seguir.

-Papi, ¿en qué piensas?- Dijo mi hija, mientras dejaba sus lapices de colores en la mesa.
-Nada cariño, nada por lo que debas preocuparte.
-Algo ocurre, estás muy callado, dijiste que no me ibas a dejar afuera.
-Está bien, tienes razón, ven aquí.- La senté en mi regazo.-¿Te gustaría que Lexie conociera más a papi y yo la conociera más a ella?
-¿Quieres decir que le vas a pedir que sea tu novia?
-¿Y cómo sabes eso?
-Papá, tengo cuatro años, voy a cumplir cinco, ya soy grande claro que sé de esas cosas.- Me hizo reír su actitud, ahora me doy cuenta lo rápido que está creciendo mi princesa pero más allá de los años ella siempre será mi bebé.
-Por supuesto que sí, cielo. Digamos que quiero que sea mi novia, ¿te gustaría?
-Creo que ella te hace feliz, es lindo verte contento cuando me pasas a buscar por el jardín o cuando te vas en la mañana, me gustaría conocerla más. Parece buena.
-Lo es, sólo que no tuvo una vida fácil.
-¿Por qué?
-Ella te lo contará.
-De acuerdo...¿Entonces se lo pedirás?
-Cuando llegue el momento cariño.
-¿Me lo dirás?
-Por supuesto.
Se bajó de mi regazo y volvió al suelo para continuar con su dibujo.
-Papi.
-¿Sí?
-Tengo que confesarte algo.- Su tono de voz la delataba, lo que vendría a continuación definitivamente no me gustaría.
-¿Qué cosa Bel?
-Jim quiere ser mi novio.
-¿¡Qué!?¡Isabella Tuner!¡De ninguna manera! Quiero el número de la casa de ese niño en este mismo instante.
-Pero papi...-Vi la primera lágrima caer en el rostro de mi hija y quise golpearme en ese maldito momento. Corrí hasta ella y la abracé lo más fuerte que pude.
-Lo siento cariño, lo siento. No debí haberte gritado.
-Pero me gusta Jim papi...
-Pero puedes jugar con él sin ser novios princesa.-Dije acariciando su rostro.
-Pero eso es ser novios...
-¿Qué?
-Claro, cuando tienes un novio lo invitas a jugar, puedes pasar el tiempo con él, compartes tus juguetes.¿Tengo que explicarte todo?- Dijo poniendo sus manos a cada lado de su cadera. Quise reírme en ese momento pero no podía, suspiré aliviado, el noviazgo era un simple juego para ella y lo que yo consideraría una amistad.
-Lo siento cariño, claro que puedes estar con Jim. 
-A veces pienso que estás loco papi.
-Yo también cielo. Sólo una cosa más.
-Sí, papi.
-No dejes que te de la mano o te de un beso.
-¡Diuuuuuuuuu! Claro que no.
-Así, mucho mejor.

Más relajado le hice la comida a Bel e invité a casa a Jacob, le debía al menos unos tragos por la ayuda con Bel. Puntual como siempre él ya estaba en la puerta.
-Mark.- Dijo dándome un apretón y entrando a casa.
-Debemos hacer silencio porque Bel ya está dormida.
-Aquí nadie está dormida, me querías dejar fuera de nuevo.- Dijo mi hija desde las escaleras con su pijama puesto y su peluche colgando de su mano.
-Eso no se hace.- Dijo Jacob burlándome y uniéndose al reproche de mi hija mientras la cargaba en sus brazos para darle un beso y un abrazo.
-Ya es tarde Bel, mañana tienes escuela.
-Y tú trabajo.- Dijo apuntándome con su dedo índice.
-¡Esa es mi chica!¡Siempre inteligente!- Dijo mi amigo chocando los cinco con mi hija.
-No hay caso, está bien puedes quedarte Bel, pero sólo un rato.
-¡Iuuuuuupi!
-Vamos, voy a calentarte un vaso de leche.- Dije resignado.
Tomamos asiento en la cocina mientras preparaba dos vasos de whisky y la leche. 
-Tío Jacob ¿sabías algo?
-¿Qué Bel?
-Papi le va a pedir a Lexie que sea su novia.
-¡Bel!
-Tu hija te delató amigo, gracias por el dato princesa si no fuera por ti jamás me enteraría.
-Traidora.- Le dije a Bel pero guiñándole un ojo para que entendiera que sólo era una broma, a lo que ella respondió riéndose. Lo tenía merecido por ocultarle cosas. De todos modos continuaría su jueguito -Jacob, ¿sabías que Jim quiere ser el novio de Bel?
-¡Papi!
-Wow, demasiados noviazgos por acá. Voy a terminar poniéndome celoso.
-Traidor.- Dijo Bel.Los dos reímos por su cara enfadada.-No sé de qué se ríen, no es gracioso. Son unos niños. Me voy a dormir. Buenas noches.

Sin más se fue dando grandes zancadas hasta salir de la cocina con su oso en la mano.
-Tu hija está cada días más grande Mark, pensar que fue ayer cuando la sostuve en mis brazos por primera vez. Es inteligente, va a ser una excelente mujer.
-Ni me lo digas.- Dije desplomándome en la silla.- Ya los nenes parecen darse cuenta.
-Relájate hermano, entre tu chica y Bel vas a terminar arrugado y con canas si sigues así.
-Ya, no hacía falta esa descripción. No quiero pensar en eso.
-¿Y qué es eso de que vas a pedirle a Lexie que sea tu novia?
-Bel exagera, sólo le pregunté si le parecería bien que ella y yo nos conociéramos.
-Me gustaría que así fuera.
-A mi también Jacob. De verdad me gusta. Me hace feliz.
-Lo sé, se nota y espero que así sigas.
-Sí, debo preguntarle si pensó en alguna decisión.
-Mmm ya veo...pero habrá que ver que dice la bella Lexie, quizás tuvo un enamoramiento a primera vista al verme el otro día.
-Ja, muy gracioso. Las deslumbro a todas con mis encantos.- Dije sonriendo.



-Perdón Sr. Perfecto. Mark, con respecto a lo de hoy.- Dijo cambiando la expresión de su cara por una más seria.
-Shh no quiero hablar de eso.
-Pero lo necesito Mark, no quiero que nuestra relación se torne tensa por esto. Amo a tu hermana y a Christine más que a nada, yo sé que puedo. Déjame demostrarte que puedo ayudarlas.
-No lo dudo Jacob pero me preocupa.
-¿Por qué no me llevo unos días a Chris? Además no puede quedarse para siempre con Lexie.
-Déjame que hable con Christine, además es su madre y tiene derecho a saber que planeas quedarte a su lado.
-Me parece lo correcto.
Continuamos conversando hasta tarde pero luego el cansancio y todas las emociones vividas durante el día me pasaron factura. Me despedí de Jacob y me metí directamente en la cama.

A la mañana siguiente me desperté sobresaltado por un sueño que no pude recordar, sólo dos imágenes borrosas que venían camino a mí pero por alguna razón no pude distinguir.
Me duché para despejarme y preparé el desayuno como cada mañana.
Llevé a Bel al jardín y me dirigí rápidamente a la empresa con la única intención de ver a una sola persona lo más urgente posible.
Me detuve en un semáforo en rojo a pocas cuadras de la empresa y mientras esperaba el cambio de color la vi cruzar a Lexie, deslumbrante como siempre, vestida informalmente no como suele venir a la oficina pero que de todos modos la hacía lucir infartantemente sexy.




No quise que notara que estaba allí para dejarle un poco de paz, ya en la oficina tendría tiempo para encontrarme con ella, por lo que seguí con mi camino.
Al llegar a la empresa le preparé un café expresso y la esperé en su oficina con los contratos por revisar durante el día. Me quedé sentado allí por lo que habrá sido una hora después de su horario de entrada, cuando la había visto era sólo a dos cuadras de la empresa ¿qué la podía demorar tanto?. Estaba por enviarle un mensaje de texto cuando la puerta se abrió.
-Mark.
-Hola Lexie, ¿dónde estabas?
-En casa, se me hizo tarde.
-Ya veo.- Su mentira me dolió, creí que era sincera conmigo pero al parecer no tiene la confianza que yo tengo en ella.
-¿Trabajamos?
-Te estuve esperando, tengo cosas que hacer en la oficina, luego hablamos.
-¿Mark?-Dijo cuando estaba saliendo de su oficina.
-¿Si?
-¿Qué ocurre?
-Nada, ¿por qué?
-Estás actuando raro, distante.
-Ya sabrás la respuesta.
-¿Puedes ser más claro?
-Nunca fui más claro.
-Basta Mark, ¿qué demonios pasa?
-Me mientes.
-¿Qué?
-Hace una hora te vi en la calle y me vienes con el cuento de que estabas en tu casa.
-Yo...
-Lo que creí, hablamos cuando decidas ser sincera.

Sin más me fui de su oficina, odio volver a discutir con ella, me gusta cuando nos enojamos por cosas sin sentido, es divertido ver como frunce el ceño y su cara se tiñe de un rojo intenso pero que sea por una mentira en verdad me duele.
Me encerré en la oficina por el resto del día, bajé las cortinas para evitar miradas con Lexie y me dediqué a ponerme al día con el trabajo, si planeo ser el jefe algún día tengo que demostrarle al monstruo de mi padre de lo que soy capaz.
La hora de salida se estaba cumpliendo, comencé a guardar los papeles en el maletín para retirarme pero llamaron a la puerta.
-Adelante.-Dije
-Mark, ¿podemos hablar?
-Depende, ¿vas a seguir mintiendo?
-No, Mark.
-Entonces toma asiento.
No dijimos nada por unos minutos solo nos limitamos a mirarnos a los ojos, como si con estos pudiéramos decir lo que con palabras no se podía.
-Mark, lo siento, debí haberte dicho la verdad pero quería evitarte un disgusto o que te enojes como precisamente estás ahora.
-¿Y por qué debería enojarme?
-Por la razón que llegué tarde.
-¿Y se puede saber cuál es?
-Me junté con Frank a desayunar.
-Genial.- Dije cruzándome de brazos.
-Ves, justo eso era lo que no quería.
-¿Y cómo quieres que lo tome?
-Mark, ya te lo dije sólo es mi amigo, creí que había quedado claro.
-Está bien Lexie, ya no quiero hablar más de él.
-Pero sigues enojado.
-No estoy enojado, estoy frustrado y dolido. Odio que me mientan.
-No era mi intención, quería ahorrarte el disgusto.
-Está bien, no lo pudiste evitar de todos modos.
-Lo siento, pero no puedo hacer nada más si no puedes soportar que Frank sea mi amigo, venía para decirte algo pero veo que no será posible.- Mi cabeza hizo conexión con la Tierra en ese preciso momento. 
-¿Qué cosa?
-No tiene caso, no vale la pena.-Dijo levantándose para retirarse.
-Lexie Clark, no te atrevas a irte.
-Ya lo estoy haciendo. Adiós Mark.

Cerró la puerta detrás de ella y pude ver que llevaba su bolso en el hombro por lo que debería estar saliendo. Recogí mis cosas a la velocidad de la luz y salí disparado a buscarla.
Las puertas se estaban cerrando y ella estaba dentro del ascensor, sabía que no las iba a abrir, dejaría que se cerraran tal como yo se lo hice una vez. Bien merecido lo tenía. No sé de donde saqué las fuerzas pero tomé impulso y corrí metiéndome de lleno en el ascensor provocando que los dos cayéramos al suelo de este.
-¡Auch Mark!¿Estás demente?
-Lo siento. ¿Te lastimé?
-No es nada. Ya está.
-Déjame que te ayude a levantarte.
-Puedo sola.
-¿Qué tenías que decirme?
-La oportunidad pasó.- Dijo sonriendo.
-Yo digo que no, vas a decirme en este mismo instante.
-Que no.
-Que si.
-Que no.
-Que si.- Detuve el ascensor, no la dejaría salir hasta que dijera lo que tenía para decir.- Habla.
-Por Dios Mark, lo confirmo, estás demente.
-Es muy fácil, sólo di lo que tenías para decir.
-No es el momento.
-Dios Lexie, vas a volverme loco.- Me acerqué a ella y la abracé, no sé por qué lo hice pero ya no quería pelear. Tomé su rostro y le di un delicado y casto beso en sus labios.- Me desesperas, ¿puedes decirme que era?-Ella permanecía con los ojos cerrados. Cuando me alejé, los abrió y suspirando dijo:
-Está bien. Yo...mmm...esto...Dios, que difícil. 
-Tranquila. ¿Por qué no nos sentamos?-  Dije para animarla a continuar.
-De acuerdo.
Ambos nos sentamos en el suelo y tomé la mano de Lexie para darle fuerza:
-Bueno...lo que quería decir era que...estuve pensando mucho Mark. Hablé con mamá, con Christine, con Jack, con mi mejor amiga y todos me hicieron recapacitar con sus palabras. Pasé por un año horrible, quedé destruida, no pensé en volver a construir un futuro para mí pero luego llegaste y todas esas ideas se fueron borrando de mi mente. Ya no sabía que hacer. Después de pensármelo mucho creo que hoy estoy lista para decirte que creo que podríamos darnos una oportunidad, no digo que tengamos una relación pero podríamos ir conociéndonos. Sólo espero que esto no sea difícil.
-Lexie...-Dije acunando su rostro en mis manos.- No te rindas con nosotros, si las cosas fueran fáciles, cualquiera podría hacer esto. Déjame estar a tu lado. Es obvio que vamos a pasar por situaciones que requerirán de nuestra fortaleza sólo te pido que no huyas al primer obstáculo. Juntos podemos encontrar la forma de reconstruirnos después de las cosas que nos pasaron, todos merecen empezar de nuevo y tener una nueva vida. Nada que valga la pena será sencillo.
-Espero que así sea.
-Lo será.

La acerqué a mí y la besé, veinticuatro horas aproximadamente había pasado sin probar sus besos, una maldita agonía que tengo la intención de corregir lo más pronto posible. Ambos nos dejamos llevar por el deseo y la ansiedad del beso, estaba claro que necesitábamos más. Ella se subió sobre mi regazo quedando a ahorcajadas, el roce de nuestra ropa estaba matándome literalmente y mi pantalón no ayudaba a esconder el bulto que se estaba formando, el cual Lexie sintió y sonriendo aprovechó para quedar más pegada a mí si es que eso era posible. El momento se estaba tornando demasiado pasional y no quería que la primera vez que podía disfrutar de su cuerpo fuera en un maldito ascensor, afortunadamente no fue necesario que dijera nada, la chicharra del ascensor comenzó a sonar por precaución ya que estaba detenido.
-¡Diablos!- Dijo Lexie levantándose y acomodando su ropa.
-No te preocupes preciosa, ya vamos a tener nuestro momento.-Ella me tiró contra la pared del ascensor, tomó mi miembro y dijo.
-La próximo vez que me digas preciosa, cortaré a tu amiguito y no habrá oportunidad de tener otro momento.
-Vaya, vaya que carácter. 
-Estás advertido.
Las puertas se abrieron y creí que nada más podía faltarme para completar mi día.  Sara estaba allí, frente a nosotros.
-Miren nada más, la nueva parejita...- Dijo al mismo tiempo que subía.
-No somos una pareja.- Dijo Lexie.
-Nadie te ha hablado zorra.- Dijo Sara
-¡Sara! No te atrevas a insultarla.
-Pero mira como la defiendes, jamás me has defendido de nadie.
-Será porque estaría de acuerdo con las cosas que decían.- Al terminar la oración, su mano estampó directo en mi mejilla en una perfecta bofetada.
-Vete al infierno.- Dijo saliendo del ascensor.
-¡Mark!- Dijo Lexie cuando las puertas se cerraron nuevamente.-¿Estás bien?
-Dolió menos que la tuya.
-Muy gracioso, hablo en serio.
-Sí Lexie, ya pasó. Luego hablaré con ella. 
-Deja, no importa, no me interesa lo que diga de mí.
-A mi sí, nadie jamás te faltará el respeto estando a mi lado.
-Gracias. Me gusta que me cuides.- Dijo dándome un beso.
-No debes agradecérmelo.¿Te llevo a casa?
-De acuerdo.

Salimos al estacionamiento, Lexie dejó que tomara su mano en el trayecto hasta el auto.
Me comentó como iban las cosas con Chrisitine, yo por mi parte le avisé que Jacob planeaba tenerla unos días lo cual a ella le pareció bien. También mencionó que su madre quería conocerme y no pude evitar reír con las anécdotas sobre cómo los chicos huían de ella pero no de su padre. No quería dejarla ir pero era lo que debía hacer por lo que con un largo beso que alcanzara para el resto del día la dejé en su casa.
Pasé por el jardín de Bel y al retirarla su maestra quiso hablar conmigo.
-Hola Melissa.
-Hola Mark.
-¿Bel se ha portado bien?
-Estupenda como siempre, ha jugado mucho con Jim hoy.- Cerré mis ojos para no gritar, ese niño se está convirtiendo en un gran problema.
-Me imagino.
-De todos modos, no quería hablar sobre Bel.
-¿Y sobre qué entonces?
-Sobre Lexie.
-¿Qué pasa con ella?
-He estado hablando mucho, está tan perdida Mark, creo que entiendes la situación por la que está pasando. Sé que debes tener mucha paciencia con su carácter y todo, pero no abandones la oportunidad con ella dale su tiempo para que piense lo que quiere.
-Melissa...
-Déjame terminar, a veces da ganas de callarla de una vez pero entiende que ella es así, siempre es así.
-Melissa.
-Shh, perderás los nervios con ella y querrás renunciar pero por favor no lo hagas.
-Melissa.
-¿Qué sucede? Lex tiene razón eres desesperante.- Me reí por el comentario.
-Me ha dicho que sí.
-¿Qué?
-Me ha dicho que quiere que nos demos la oportunidad de conocernos.
-¡Oh por Dios! Esa maldita desgraciada no me ha dicho nada. ¿Por qué no me lo dijiste?- Quise decirle que fue porque no paraba de hablar pero tal como esperaba no pude hablar.- Tengo que hablar con ella. Adiós Mark.
Sin esperar respuesta salió corriendo, me reí por su actitud tal como Lexie me había dicho "está loca".
Subí al auto y mientras conducía sentí la necesidad de decirle a Bel lo que planeaba hacer, prometí no volver a ocultarle cosas y precisamente eso haré.
-Bel tengo que decirte algo.
-¿Qué papi?.- Dijo mi hija.
-Con Lexie vamos a conocernos más como te comenté ayer.
-¿Van a ser novios?
-No Bel, sólo vamos a conocernos y luego veremos.
-Está bien.
-¿Nada más para decir?
-Sí eso te hace feliz está bien papi, espero que ella sea buena conmigo y no como Sara.
-No será así cariño, lo prometo.
-Entonces está todo super duper bien.
-Perfecto princesa.

Llegamos a casa y preparamos unas galletas juntos, mientras que el té se hacía. Armábamos la mesa cuando tocaron el timbre. Abrí la puerta y me maldije por no haber visto por la mirilla previamente.
-¿Qué haces aquí Sara?
-Vine a ver a Isabella.
-No inventes, sólo quieres molestar. Es día de semana no deberías estar aquí.
-Tienes razón sólo quería verificar que la zorra no estuviera aquí. Ahora déjame pasar.- Sin permiso entró en la casa inspeccionando que Lexie no estuviera lo cual me parecía ridículo, por Dios nos divorciamos ¿qué es lo que se necesita para que me deje en paz?
La seguí hasta la cocina, no quería que Bel la viera pero eso iba a ser inevitable.
-Hola tú.- Le dijo Sara a mi hija.
-Hola Sara.- Dijo Bel sin dejar lo que estaba haciendo.
-Esa no es forma de saludar. Ya te dije mil veces que debes decirme mamá. Ni para hablar sirves.- Esto no lo toleraría, la agarré fuertemente de su brazo y la conduje hasta el living.
-Suéltame, me haces daño.- Dijo ella.
-Escúchame bien, maldita sea, no quiero que te dirijas nunca más así a Isabella. No me conoces enojado todavía Sara y no te conviene, tampoco quiero que te acerques a Lexie ¿entendido?
-Es una zorra, sólo quiere tu dinero.
-Creo que te equivocas de persona.
-¿Qué quieres decir?
-Nada, olvídalo. Mejor vete.
-Te odio Mark.



-No te esfuerces tanto Sara, te saldrán arrugas.
Tomó su bolso y se dirigió a la puerta. Antes de cerrar dijo:
-Esto no va a quedar así.

Cerrando de un portazo se marchó. Bel apareció luego asomándose por la puerta de la cocina.
-¿Estás bien papi?
-Sí, cariño.
-¿Tú?
-Claro.
-No dejes que lo que ella diga te afecte.
-No me importa lo que diga papi, nunca la escucho.
-Eso es cariño.

Jugué junto a Bel el resto de la tarde para que pudiera olvidar el mal momento que Sara nos había hecho pasar. Cocinamos juntos como a ella le gusta y terminamos viendo su clásico favorito de Disney, Blancanieves. Cuando quedó dormida la llevé hasta su habitación y la arropé. El día había terminado siendo tan agotador que no tuve fuerzas para bajar al living y beber mi vaso diario de whisky. Fui directo a dormir por primera vez muy feliz en mucho tiempo ya que al día siguiente tendría a una hermosa mujer que busca darse una oportunidad conmigo.

Me levanté de muy buen humor, me duché y bajé a preparar el desayuno. Estaba haciendo tostadas cuando el sonido del celular me interrumpió.
-Diga.
-Hola, ¿Mark?
-Sí, ¿quién habla?
-Soy Howard, el padre de Jim.- Genial el padre del niño que acosa a mi hija.
-Hola Howard, ¿en qué puedo ayudarte?
-Hoy tengo una reunión de suma importancia y se me complica tener a Jim el día de hoy, ¿podrías llevarlo por mi a la escuela y luego pasaría a recogerlo por la noche?- Lo que necesitaba, perfecto. Pero no podía negarle la ayuda, hoy yo no lo necesito pero quizás algún día sí.
-Por supuesto. Dame tu dirección.
Luego de arreglar los detalles quedé en que en diez minutos pasaría por él, lo único que pedía internamente era que viniera a buscarlo rápido así pasaría menos tiempo con Isabella. 
A la hora pactada pasé a buscar a Jim y los dejé a ambos en el jardín no sin antes advertirle a mi hija que tuviera cuidado.

Cuando llegué a la empresa la Sra. Mitchell, nuestra fiel empleada, ya estaba con mi café en mano.
-Buenos días, joven Tuner.
-Buenos días. Gracias por el café.
-No hay de qué. La Srta. Clark lo espera en su oficina.
-Perfecto, gracias.
Con una sonrisa me dirigí a mi oficina para encontrarme con un ángel de cabello rubio.
-Hola pre....digo Lexie.
-Así , mucho mejor. Hola Mark.
-¿Por qué no quieres que diga la palabra que empieza con p?- Dije mientras colgaba mi abrigo.
-Me trae feos recuerdos.
-¡Oh no lo sabía! Tendré que buscarte otro.
-No me opongo mientras no sea ese.
-Ya se me ocurrirá uno. ¿Cómo estás?
-Muy bien.- Dijo sonriendo.- ¿Y tú?
-No tanto.
-¿Qué ocurre?.- Dijo acercándose a mi lado.- ¿Estás bien?
-Sí. Ven aquí.- La senté en mi regazo acariciando su brazo descubierto disfrutando de su piel y la expresión de su cara ante mi tacto.- No es nada, sólo un niño que está demasiado cerca de mi hija.
-Mmm ¿un posible novio?
-Ni lo digas.
-Debes aceptarlo Mark, tarde o temprano crecerá y no puedes evitar que le gusten los chicos.
-Por ahora me niego aceptarlo.
-Necesitas revisarte con un piscólogo.
-Lo sé. Necesito un beso tuyo.
-¿Ah si?
-Sí.
-¿Y cómo planeas conseguirlo?- Dijo levantándose poco a poco.
-Así.
La tomé de la cintura y la atraje contra mí quedando ella sentada sobre el escritorio. 
-No te muevas.- Le dije.
Cerré la puerta con llave y bajé las cortinas.
-Ahora sí.

Me acerqué a ella y la besé, fui por un beso lento delicado para que entendiera que voy más allá de lo físico, la atraje del pelo y comencé a besarla con fuerza y deseo. Pasé mis manos por sus hombros, sus brazos, su cintura, sus piernas. No quería que pensara que era un pervertido.
Ella emitía pequeños gemidos que estaban volviéndome loco, bajé mi boca a su cuello para repartir suaves besos en él mientras acariciaba su perfecto rostros con suaves caricias.


Luego me acerqué a su oreja y mordiéndola dije:
-Tú y yo nos vamos a casar.

lunes, 11 de agosto de 2014

Capítulo 15

Lexie

Mark me había dejado abrumada después de tantas declaraciones y su escena de celos. Hace más de un año que no tengo una relación con un hombre, nunca nadie tuvo celos por mí, nadie había tenido ese sentimiento de pertenencia conmigo, siempre estuve sola a pesar de estar casada y todo esto es nuevo. Demonios, sus labios tienen el poder de encender cada terminación de mi cuerpo hasta llegar al punto de la locura y es algo que me dificulta poder pensar.
No sólo mis sentimientos por Mark son recientes, haber hablado con su hija me removió por dentro tantas emociones que me hicieron recordar a Charlotte con sus pequeños ataques de enojo conmigo o con James, siempre corría a su habitación y se abrazaba con su muñeca, yo iba detrás de ella a consolarla ya que con una simple charla bastaba para poner una sonrisa en su rostro. Lo mismo pasó con Isabella fui detrás de ella sólo que en vez de encontrarla abrazada a una muñeca estaba pegada a un viejo oso de peluche. Aunque suene raro decirlo sentí a mi hija presente en ese momento, fue una extraña sensación que no sabría explicar con palabras. Por estas razones me encuentro como si estuviera en un laberinto sin saber a donde salir, siento que tengo un pie dentro pero me da miedo no encontrar la salida.
Por otro lado, haber conversado con Frank me quitó un peso de encima, claramente no le comenté nada sobre Mark salvo que mejoramos nuestra relación. Él me explicó que se sentía avergonzado por lo que había pasado en la discoteca y que no quiere perderme. Aún no tengo claro que es lo que siente por mí pero de lo que si estoy segura es que yo no siento nada más por él que un gran cariño como amigo y aprecio por su apoyo incondicional.

Me extrañó no encontrar a Mark en la oficina al día siguiente, me pregunté todo el día si algo le había ocurrido, si se encontraba bien, si estaba enfermo, si necesitaba que alguien lo cuidara; finalmente no aguanté la tentación y le envié un mensaje:
"Mark, hoy no viniste a la oficina ¿estás bien?"
Su respuesta llegó inmediatamente.
"Sí, estoy en casa"
En cualquier otra situación lo hubiera dejado en ese mensaje tan simple y cortado pero algo en mí necesitaba asegurarse que se encontraba bien.
"¿Puedo pasar?"
Jamás se me hubiera ocurrido que sería yo la que tomaría una iniciativa, pero todo parecía muy raro. No solía ser cortante con sus mensajes y nunca tardó tanto en responder.
"Como quieras" Fue su respuesta. No lo dudé ni un minuto más y tomé un taxi hasta su casa.
Toqué el timbre y escuché su voz que desde adentro decía:
-Pasa. Está abierto.
Entré a su casa y me impactó verlo sentado en su sillón con la cabeza apoyada en sus manos, volteó a verme y pude ver las lágrimas correr por su rostro. En ese momento supe que estaba perdida, un dolor se extendió por mi pecho al verlo llorar. Mark aparenta ser una persona tan fuerte que verlo así me sorprende.




Tomé asiento a su lado y acaricié su brazo. El cerró sus ojos como si mi tacto lo aliviara.
-Mark, ¿qué sucede?
-Tantas cosas Lexie.
-¿Quieres contarme?
-Es por un cúmulo de cosas, no quiero aturdirte con mis problemas.
-¿Y qué cosas son?
-Haberle mentido a mi hija, los reproches de mi ex esposa, sus amenazas, las peleas con mi padre y mi madre, mi mejor amigo enamorado de mi hermana, tú.
No sabía que tantas cosas atormentaban su cabeza y me sentí culpable por ello. 
-Vayamos por partes.- Dije.-Lo que hiciste por Isabella no es nada grave Mark, es lógico que lo que hiciste fue con el fin de protegerla. Eres un excelente padre y en la vida te verás obligado a tener que ocultar ciertas cosas por su bienestar y no puedes culparte por eso.
-Lo sé, es que jamás le había mentido.
-Ella no está enojada, déjalo atrás. Disfruta tenerla.
-Es verdad a veces lo olvido.
-Con respecto a tu ex mujer ¿ella te importa?
-Por supuesto que no.- Dijo seriamente.
-Entonces no dejes que influya en tu vida, que no te estrese.
-Quiere arruinarme y sería hasta capaz de quitarme a Bel.
-No lo hará.
-¿Cómo estás tan segura de eso?
-Porque sé que harías hasta lo imposible por tu hija y no dejarías que nada ni nadie los separara.
Pude ver una ligera sonrisa asomar por su rostro y me sentí mucho mejor al ver que mis palabras ayudaban.
-Ahora vamos por lo de tus padres, ¿qué sucede con ellos?
-Con mi padre lo de siempre, diciendo que no me centro en el trabajo, que es una ridiculez bajar sueldos y aumentar otros.
-Oh lo que habíamos planteado nosotros.
Él asintió.
-No te preocupes, con o sin él vamos a encontrar la manera de hacer lo justo.
-¿Lo dices en serio?
-Por supuesto. ¿Y con tu madre?
-Influenciada por mi padre y Sara, ya no sabe por qué mas culparme. Siempre busca un modo de afectarme, a veces no sé si lo hace apropósito. 
-¿Siempre le has prestado atención a lo que dice?
-No, hace tiempo dejé de hacerlo pero no deja de ser mi madre.
-Lo sé, pero si lo que dice sabes que no es cierto al igual que pasa con Sara que no te afecten. Mira como estás por cosas que no valen la pena.- Dije acariciando su rostro limpiando una lágrima.
-¿Sabes que me siento como una tonta nenita llorando en estos momentos?
-Mmm...no lo había pensado pero sí, debería sacarte una foto.
-Ni lo sueñes.
-Sólo bromeaba, tranquilo.
-¿Qué es eso de que tu mejor amigo está enamorado de tu hermana?
-Sí, tal como lo escuchas. Ya lo sospechaba pero nunca dije nada, me asusta que Jacob no pueda seguir el ritmo de Amy o de repente hacerse cargo de Christine. No quiero que nuestra amistad se dañe.
-Mark, por lo que me contaste son como hermanos. Nada malo va a pasar, sí el la quiere cargará con las consecuencias y si es tanto el amor que tiene por ella estará dispuesto a soportarlas.
Volvió a asentir con la cabeza y tome su mano para que supiera que estaba para apoyarlo.

 

-¿Y conmigo?¿Qué pasa?
-¿La verdad?
-La verdad.
-Ni yo lo sé. Me pasan tantas cosas por dentro que ya ni sé como expresarlas. Toda mi vida esperé a la mujer perfecta con la que estaba seguro que pasaría el resto de mis días y formaría una familia. Sin embargo, Sara resultó ser cualquier cosa menos el amor de mi vida lo único bueno de ella es la hermosa hija que me dio. Luego de nuestra separación estaba convencido de que debía encontrar una figura femenina para Bel, para que la cuide y la guíe pero me di cuenta que no sólo esa figura femenina era para Bel. Yo también necesito a esa mujer que me guíe, que me cuide, que se acueste y se despierte a mi lado, que me acompañe en el día a día. Y así apareciste tú, que no sé que es lo que me pasa pero cada vez que te tengo cerca siento esa necesidad de tomarte y atarme a ti para siempre, con tus reproches, cambios de ánimo, enojos y todo me encanta estar a tu lado. No sé que es lo que sientes y no te pido que me digas nada ahora porque sé que necesitas tiempo y yo también pero quiero que sepas que me gustas Lexie, me gustas de verdad y no sé que pasará entre nosotros pero me alegra haberte conocido.

Las lágrimas corrían por mi rostro, no tenía palabras para decirle, un nudo impedía que estas salieran.
-Mark yo...
-Está bien Lexie no necesito que me digas nada pero por lo menos ahora sabes que es lo que pasa por mi cabeza.
-Creo que es necesario que te diga que para mí todo esto es nuevo Mark, aún estoy mareada, después de James renuncié a la posibilidad de estar con otro hombre, al morir Charlotte ya no quise saber nada más. Ahora apareciste tú con tu hija y ya no sé que hacer. No me da miedo intentar entrar en una relación nuevamente me da miedo volver a sufrir y ya bastante tengo. No te voy a decir que me resultas indiferente porque no es así, sólo que me siento perdida  y no sé cómo seguir es por eso que te pido tiempo para pensar.
-Y lo tienes.
-Gracias por entender.
-Gracias por escucharme, eres buena Lexie Clark.
-¿Lo dudabas?
-No, pero no es fácil saber cómo eres, escondes tanto...
-Lo sé y lo siento.
-No lo sientas porque precisamente es una de las cosas que más me gustan de ti.
-Es raro verte así.
-¿Llorando?
-Llorando y así de triste, siempre llevas esa sonrisa que parece que todo está perfecto.
-Que sonría no significa que no tenga problemas pero quiero ser feliz por encima de ellos.
-Me gustaría poder tener esa capacidad.
-La tienes sólo que decides no usarla.
-A veces no entiendo cómo haces para seguir mi ritmo, cualquiera ya habría salido corriendo.
-Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener, creí que ya te lo había dejado claro.
Bajé mi cabeza para ocultar el rubor de mis mejillas por su comentario.

Nos acurrucamos en su sillón viendo la tele sin hablar solo haciéndonos compañía el uno al otro. Las palabras no eran necesarias. Cuando la tarde llegó él fue en busca de su hija al jardín y yo quedé con Mel para vernos en el centro comercial.
Fui a casa a cambiarme la ropa del trabajo por algo más cómodo, tomé un té ya que no había almorzado y venía salteando varias comidas. Cuando la hora se acercaba pedí un taxi que me llevara al centro. Mi vida sería más fácil si me decidiera por comprar un auto pero desde que mi hija murió por ese maldito vehículo y el maldito que conducía ya no quiero saber nada de estos.
Al llegar al lugar Mel estaba esperándome allí.
-Hola Lex.
-Hola Mel.
-Pedí un turno en el salón de belleza. Creo que es hora de mimarnos un poco.
-No lo había pensado pero me vendrá bien.
Antes de que llegara nuestro turno paseamos por los locales para ver ropa, meses habían pasado desde la última vez que entré en una tienda para comprar ropa sólo por gusto. La abstinencia al parecer no fue una buena idea porque terminé comprando conjuntos de ropa interior, faldas para el trabajo, camisas, zapatos, vestidos y maquillaje.
-Wow, Lex, creo que es suficiente no sé cómo harás para llegar a fin de mes y pagar tu tarjeta.
-¿Me excedí verdad?
-Quizás un poco pero si mal no recuerdo hace casi un año que no compras ropa.
-Tus cálculos no fallan.
-Entonces nada por qué arrepentirte. Además...veo que elegiste cosas bastante sexies ya veo por quién.- Dijo sonriendo. La verdad es que no lo había pensado pero jamás se me hubiera ocurrido comprar las cosas que se encontraban en las bolsas hasta que conocí a Mark.
-No lo hice pensando en él.- Mentí.
-Sí, claro. ¿Hace cuanto nos conocemos?¿Más de veinte años? Por favor, a mí no me vengas con eso.
-Está bien, está bien. Quizás lo hice pensando en él pero tampoco es un delito.
-Claro que no. ¿Pasó algo más con el bombón de tu jefe?
-En el salón te lo cuento, vamos o perderemos el turno.
Fuimos al local y esperamos en las cómodas sillas hasta que las empleadas nos atendieron.
Cerré mis ojos al sentir esa sensación de relajación mientras masajeaban mis pies, agradecía infinitamente la idea de Mel de venir aquí, definitivamente lo necesitaba.
-Y bien...-Dijo mi amiga esperando a que soltara todo.
-Volvieron los besos, esta vez en la oficina.
-¡Te lo dije! ¿Terminaron en el escritorio?
-No...pero casualmente tuvo la misma idea.
-Ya me gusta Mark. ¿Pero entonces qué hicieron?
-Él dijo que no pararía hasta tenerme.
-Definitivamente ese hombre es perfecto.
-Ya, no añadas mas comentarios.
-¿Celosa?
-Mel, por favor, claro que no.
-¿Qué más pasó? No entiendo cómo no fuiste capaz de levantar el maldito teléfono y contarme apenas sucedió todo esto.
-Quizás porque su sobrina está viviendo en casa.
-¿¡Qué!?
-Su madre tuvo una recaída, la agredió y la invité a casa. Me agrada y me hace bien su compañía. Me hace sentir como si tuviera una parte de Charlotte que no pudo llegar a ser.
-Me parece fantástico que eso te ayude amiga. Ya sabes que siempre te voy a apoyar en cualquier cosa que te ayude a superar todo.
-Gracias, lo sé. Bueno y también fui a dormir a casa de Mark ya que su sobrina había planeado una cena para el chico que le gusta.
-Maldita, nunca me la prestaste para mí.
-Nunca te gustó nadie lo suficiente aquí en Londres.
Ella bajó la cabeza.
-Mel...¿qué es lo que no me estás contando?
-Luego, ahora termina con lo de Mark.
-Bueno hubo un percance con el postre en el que terminamos contra un mueble en la cocina, yo en sujetador quitándole su camisa.
-¿Lo hicieron?
-No, había perdido la conciencia y si no me hubiera parado a pensar muy probablemente lo hubiéramos hecho.
-Tú y tú maldita conciencia.¿Algo  más que me haya perdido? Por ejemplo... hoy estabas en su casa ¿qué hacías ahí? Y no me digas que también estuvieron a punto de hacerlo pero tu conciencia hizo una mágica aparición.
-Nada de eso, lo vi llorar Mel, estaba tan deprimido que fui a ayudarlo.
-Podrías contarme...
-Claro que no, no voy a contarte su intimidad pero sí puedo decirte que me dijo que gusta de mí, que él también se siente confundido y más allá de lo que yo pudiera elegir se alegra de haberme conocido.
-Lex, me encanta Mark. Creo que te haría tanto bien...Sé que eres demasiado independiente y mi opinión poco influirá en ti pero si debo decirte algo como tu mejor amiga creo que deberías darle una oportunidad. Nadie sabe si las cosas irán bien o mal pero creo que vale la pena intentarlo, lo peor es no elegir, quedarte parada sin saber a donde ir. Si no das ese paso adelante siempre seguirás en el mismo lugar.
-Ya lo sé Mel, sé que Mark es una buena persona y no dudo que me haría bien pero aún tengo mis paredes que me impiden abrirme del todo. Tengo que pensármelo más.
-Que complicada eres.
-Lo sé.- Ambas reímos, las empleadas estaban boquiabiertas escuchando la conversación.






-Ahora vas a decirme lo que no me contaste.
-Se siente raro Lex, es tu mejor amigo.
-¡Oh! ¿Es sobre Jack?
-Claro.
-Eres mi hermana no pienso decir nada.
-Ya lo sé, pero quizás algo se te escape...
-Mel, te lo juro.
-Me gusta.
-Eso ya lo sé, se nota pero al parecer no haces nada. Jack está entusiasmado.
-Lex...sabes que soy demasiado corazones y cuentos con finales felices pero tengo miedo de enamorarme de él.
-¿Y qué problema habría si te enamoraras?
-Sufrir, que el me deje, que no esté disponible para mí, que lo aburra.
-Mel...nunca vas a saberlo si no lo intentas, conozco a Jack y no creo que se alejara de ti por ninguna de esas razones además de que yo lo veo muy en serio contigo.
-Quizás debería seguir el consejo que te di y darle una oportunidad.
-Creo que es lo mejor que puedes hacer.
-Lo mismo va para ti.
-Ya veremos. Gracias Mel.
-¿Por qué?
-Por acompañarme.
-¿Al centro comercial?- Dijo desconcertada.
-No tonta, por acompañarme en el día a día por tantos años. No tenías necesidad de venir conmigo a Londres sin embargo aquí estás.
-Jamás voy a separarme, no podría dejarte.
-Yo tampoco.
-Ya basta que voy a llorar y se me correrá la máscara.- Reímos porque las lágrimas estaban a punto de salir.

Volví a casa más aliviada después de hablar con Melissa, siempre logra calmarme en mis momentos más alterados, algo que nunca voy a terminar de agradecerle. Al entrar me encontré a Christine preparando un té.
-Hola Lex.- Dijo desde la cocina.
-Hola Chris, ¿preparando el té?
-Sí, supuse que no tardarías en venir y preparé una torta para que comamos. Estoy viendo que no estás siguiendo las comidas con normalidad.
-Eres peor que una madre.
-Ya veremos cuando veas la torta de chocolate si sigo siendo la peor.
-Creo que no te dejaré ir nunca.
Ella sólo me dio una pequeña sonrisa y bajó su cabeza.
-¿Qué ocurre Chris?.- Dije acercándome a ella.
-No es nada.
-Claro que es algo, es extraño que no rías.
-Es sólo que me siento una carga, eres soltera, independiente, estoy invadiendo tu espacio.
-Escúchame bien, mírame a los ojos Christine.- Ella lentamente subió su mirada encontrándose con la mía, necesitaba que pudiera ver la sinceridad en mis palabras.-No eres para nada una carga, me pone muy contenta tenerte acá, me divierte verte todos los días, poder aconsejarte, disfruto de tu compañía. Perdí a mi hija hace un año, y tenerte conmigo me recuerda mucho a ella.
-Lexie...yo no sabía eso.- Dijo con lágrimas en sus ojos.- Lo siento tanto.
-Yo también Chris, pero aprendí a vivir con esta realidad y hoy por hoy es lo que me toca es por esto que quiero que sepas que no eres ninguna carga.
-Entiendo ahora.- Dijo ignorando lo último que había dicho.
-¿Qué cosa?
-Por qué te comportas diferente con Bel, me lo venía preguntando y no encontraba explicación, ahora la tengo.
-Sí creo que no es necesario que lo repita en voz alta.
-Bueno...olvidemos este patético momento y comamos un poco de torta para alegrar el corazón.
-¿Cocinas tan bien como tu tío?
-Mmm....con que ya probaste la comida del tío Mark, ¿qué estuvieron haciendo ustedes dos?
-Nada raro Chris, nada raro.¿Qué tal las cosas con August?
-No quieres saberlo.
-Claro que sí.
-No, no quieres.
-Vamos, lo  peor que pudieron haber hecho serí....¡Oh no! Dime que no lo hicieron.- Ella bajó la cabeza.-¡Christine Turner! Deberías haberme avisado ¿usaron protección?
-Por supuesto Lexie, siempre me cuido. Lamento haber usado tu casa como lugar pero fue un momento muy lindo para ambos.
-Está bien, está bien. Entiendo, eres una adolescente claramente necesitas experimentar pero con cuidado por favor y esto queda entre nosotras ¿entendido?
-Miedo al tío Mark.
-Se podría decir...
-No hay caso con ustedes dos.
-Ya basta de hablar de él, ¿qué tal las clases?
-Por ahora voy bien, no soy excelente pero tengo todo aprobado.
-¿Ya estuviste buscando universidad?
-Eres la primera persona que me lo pregunta.
-¿Cómo? Creí que ya lo habías hablado con alguien.
-Supongo que nadie se ha preocupado lo suficiente.
-¿Y Mark?
-El tío es genial pero con todos los problemas que tiene a veces se le olvida.
-Si mal no recuerdo el primer día que nos conocimos me comentaste que te gusta la moda.
-Me encanta.
-¿Podrías averiguar algo relacionado con la moda?
-¿Y en dónde?
-No te preocupes yo te voy a ayudar.
-¿De verdad?
-Por supuesto.
-Lexie.
-¿Sí?
-Me hubiera gustado poder haberte conocido antes.
Le sonreí como respuesta porque si la charla continuaba por ese lado terminaría hecha un mar de lágrimas y ya suficiente había tenido con Mark y Mel.
Tomamos el té juntas hablando de nuestras vidas, sinceramente me encantaría que se quedara conmigo por mucho más tiempo pero eso no me corresponde.
Al caer la noche fui al hotel de mi madre, me había centrado tanto en Mark que estaba descuidando a mi familia y amigos y eso es algo que no puedo hacer después del apoyo incondicional que me brindaron en el momento más duro de mi vida.
-Hola mamá.- Dije dándole un abrazo al llegar al hotel donde se hospedaba.
-Hola pequeña, ¿qué te parece si vamos a cenar al restaurant del hotel? Dicen que la comida es deliciosa.
-Mira como estoy vestida.
-No es un hotel cinco estrellas.
-Lo sé, pero jean con remera no creo que sea lo apropiado.
-¿Por qué piensas tanto las cosas? Eres igual a tu padre. No voy a exhibir mi ropa sólo quiero comer y eso vamos  a hacer en este preciso momento señorita.
-Está bien mamá.- Me sentí una niña nuevamente siendo regañada por su madre.
Ordenamos algo ligero porque después de haber probado la torta de Christine mi estómago pedía una tregua, al estar todo el tiempo sola no acostumbraba comer demasiado ahora con ella todo es nuevo.
-Y bien...¿qué es eso de la sobrina de tu jefe en tu casa?
-Es sólo por unos días hasta que se sienta mejor para volver a su casa.
-No eres un hotel Lexie.
-Ya sé que no lo soy pero me necesita.
-Eres tan buena, hija.
-No lo soy mamá, sólo hago lo que me parece correcto en estos momentos.
-Y haces muy bien pero...¿no sería hora de que le vayas admitiendo a mamá que te gusta ese hombre?
-Mamá no niego que me guste pero ya crecí no es todo tan simple.
-Lexie, por favor ¿qué tienes cuarenta años? Eres joven y con un futuro por delante.
-Sé que soy joven pero no sé si estoy lista para empezar todo de nuevo y sobre todo ver un nuevo futuro.
-Sólo tú tienes esa respuesta.
-Lo sé.
-No demores mucho, las buenas oportunidades pasan volando.
-Es lo que me dicen.
-Haz caso entonces pequeña. Conocí a tu amigo Jack, es todo un encanto.
-Lo es, estoy intentando de que pueda salir con él.
-Algo de eso me comentó.
-Claramente, Jack jamás tendrá problemas para hablar.
-No lo creo.- Ambas reímos.-Cambiando de tema, tengo algo que decirte.
-¿Qué ocurre?
-En dos días debo volver a casa.
-¿Por qué?
-Tu padre no se encuentra tan bien y me necesita, sabes que no puede estar mucho tiempo solo.
-¿Estás segura que está bien?
-Sí cariño, no te preocupes, son los problemas de la edad.
-Me apena no tenerlos más cerca, de verdad extraño a papá. Me gustaría poder pasar más tiempo con él.
-Puedes venir cuando quieras Lexie, siempre serás bienvenida en casa. Además, con tu nuevo trabajo puedes permitirte venir más seguido.
-El sueldo es normal mamá ya te lo dije no gano una fortuna sólo una notable diferencia con respecto al anterior.
-Está bien, está bien lo que digas. Y una cosa más...
-¿Qué?- Por el tono en el que lo dijo sabía que sería algo que no me gustaría.
-Quiero conocer a Mark.
-¿¡Qué!? 
-Antes de irme quiero ver por mis propios ojos que estás en buenas manos.
-De ninguna manera, incomodaste a todos los chicos con los que salía en secundaria ni siquiera papá logró eso.
-Ya ves que no quieres que salgas corriendo el hombre eso significa que lo quieres bien cerca.
-No desvíes el tema.
-Yo no desvío nada, la decisión está tomada.
-Quizás se lleven bien, es igual de frustrante discutir con ustedes.
-Entonces eso es amor.- Puse mis ojos en blanco ignorando su comentario.

Terminamos de cenar tranquilas, me quedé un rato con mamá en la habitación viendo una película y cuando ya sentí el cansancio tomé el camino hacia casa disfrutando de la noche estrellada.
Sólo unas cuadras quedaban para llegar cuando vi a Sara, la ex esposa de Mark, subirse a un auto negro desde el cual no podía verse nada. Me acerqué un poco más al vehículo, ocultándome detrás de un árbol, estuvieron parados por lo que fueron unos cinco minutos y luego se marcharon. La actitud con la que había entrado era rara, llevaba un pesado abrigo que resultaba exagerado para la temperatura y vigilaba a sus alrededores, debería prestar más atención a sus movimientos en la oficina, después de todo con las cosas que Mark me contó de ella tener cuidado no está de más.

Me dí un baño caliente para aflojar las tensiones, Christine ya estaba en su cama para cuando llegue, me acerqué para taparla con la manta y darle un beso y sin hacer ruido me metí en la mía. Mis ojos pesaban cuando apoyé mi cabeza en la almohada y el cansancio me venció.

"Charlotte está en su cuarto leyendo su libro favorito con su muñeca en el balcón, tiene preparada su mesa de té con princesas a cada lado de esta como suele hacerlo cada tarde luego del jardín, me acerco a ella para abrazarla pero al darle la vuelta es Isabella la que sostiene la muñeca y el libro, ella se para y dice:-Búscame mami, búscame."

Me levanté sobresaltada, el sudor corriendo por mi rostro y la necesidad de llorar me invadió, no por debilidad sino por la frustración, la rabia, la pena, la confusión, el miedo. Un nudo se instaló en mi garganta,sentía como el dolor por dentro se incrementaba. No tenía esta clase de sueños hacía varios meses pero supongo que debe ser resultado de la mezcla de emociones por las que estoy pasando.
Tres horas tenía antes de ir a la empresa, me duché y me cambié rápidamente. Le dejé una nota a Chris para avisarle que saldría antes de casa. Necesitaba ir al único lugar que sabía que podía calmarme. La bahía.



Me quedé sentada allí repasando las últimas tres semanas. Puedo dar fe que conocer a Mark puso mi mundo de cabeza, mis emociones estaban selladas y controladas pero él abrió una puerta que hizo venir abajo todo lo que había construido como escudo, me siento diferente ya no soy la misma de hace unas semanas, me siento más abierta a una posibilidad ya no me siento fría y vacía, es como si tuviera la necesidad de seguirlo, de dejarme llevar, pero a la vez me aterra cuando me detengo a pensar. Sé que me encantaría poder estar a su lado, compartir más de esos besos que me dejan sin aliento, disfrutar los momentos que pasamos juntos, entregarme por completo a él pero no sé si estoy lista para asumir todo lo que conlleva eso y sólo hay una manera de saberlo.